La floja presentación del Xeneize en el Superclásico se graficó en las estadísticas: fue el partido con menos posesión y remates durante la era Battaglia.
Ayer, en el Monumental, Boca jugó probablemente su partido más flojo desde la asunción de Sebastián Battaglia como nuevo entrenador. Pero quizás lo más alarmante para el Xeneize no sea el resultado en sí mismo, sino la manera, el cómo se dio. Porque los conceptos futbolísticos que el DT había comenzado a inculcar en el equipo desde su llegada, brillaron por su ausencia: el protagonismo a partir de la pelota y el estilo preponderantemente ofensivo.
Evidentemente, la expulsión tempranera de Marcos Rojo alteró los planes del entrenador y jugó un papel insoslayable en el trámite del partido, pero eso no deja de lado que el conjunto de la Ribera postergó su esencia. Sin ir más lejos, esto se ampara en las estadísticas: fue el partido con menos posesión (30%) y remates (7, uno solo al arco) durante la era Battaglia.
River dominó las acciones del juego. Como pocas veces durante la estadía del ex mediocampista en el banco de suplentes, Boca se vio ampliamente superado y no pudo apoderarse de la pelota, y en los escasos pasajes donde la tuvo, no la supo manejar: buscó realizar 289 pases y solo concretó 188 (65%).
Si se repasan los números de Boca en estos dos aspectos del juego, en los ocho encuentros previos al Superclásico bajo la conducción de Battaglia, el contraste es claro: el Xeneize tuvo un media de posesión del balón del 59.9%, mientras que el promedio de remates al arco por partido fue de 12.9.
Lapidario dato de Boca contra River: 180 minutos en Superclásicos sin patear al arco
El gol de Carlos Zambrano, en la última jugada del partido, sirvió para cortar una racha negativa de Boca de 180 minutos sin rematar al arco en Superclásicos. Ayer, hasta ese momento no había acertado, y en el duelo de octavos de final de la Copa Argentina, en La Plata, que fue el antecedente anterior, el Xeneize avanzó de ronda (por penales) sin haber pateado a puerta.