Los milagros si existen: frenaron al ver a una mujer que llevaba a la hija con discapacidad y le regalaron su auto

«Estas personas no me dieron simplemente un auto, estás personas me cambiaron la vida», dijo la madre de la menor al contar la increíble historia en Misiones.

«Les quiero contar una historia, una historia no muy común, una historia única, una historia que no le pasa a nadie, les quiero contar sobre como un día cualquiera, se me cruzaron dos ángeles con el corazón más grande que el Everest», empezó su relato en redes sociales la madre de una nena con discapacidad cuya vida «cambió» gracias al gesto de una pareja.

Tania Montenegro y su hija viven en la localidad misionera de Candelaria. «El jueves 28 de junio, yo como todos los mediodía alisté a mi hija Valentina, la cual muchos ya saben que padece de una discapacidad motriz, la cual la deja con una dificultad para caminar a base de eso usa andadores ortopédicos para desplazarse», explicó.

«Cuando ya está estaba preparada para ir al jardín, la monté al único medio de transporte que tenía en ese momento que era la moto su papá, siendo consciente de la irresponsabilidad de acarrear a mi hija en una moto pero también consciente del peso de mi bebé, del andador y sabiendo que la escuela solo queda a 5 cuadras (en subida por eso hablo del peso)», detalló la mujer.

Y añadió: «Al llegar pasa algo muy raro, algo que me sorprende, mi nena no se quiso quedar. No comprendía porque si ella siempre se queda contenta en el jardín, a fin de esto y aún sin comprender el llanto de mi bebé, decidí volver a mi casa con ella. Salí del jardín con ella alzada y su andador en el otro brazo, cruce la calle, acomodé el andador en la moto mientras Valentina esperaba sentada en un murito, senté a Valentina, me coloqué el casco y salí despacito con ella charlando buscando el motivo de su berrinche».

«Al avanzar dos cuadras escucho el llamado de una mujer, freno la moto y una mujer me dice ´¿Podemos hacerte una pregunta?´», escribió Tania, quien agregó: «Respondo que si, pensé que preguntarían una dirección o algo así, me pide que me estacione lo hago sin problemas me quito el casco y espero su consulta».

En ese momento, llegó la sorpresa para Tania. «El señor baja del auto para hablar, me hace una oferta: ´¿Qué decís si te cambio el auto por la moto?´ Yo rápidamente respondo ´no señor, disculpe, no tengo plata´».

Y la respuesta del desconocido la impactó: «No te estoy pidiendo plata, te vimos con tu bebé y queremos regalarte el auto para que andes con ella».

«Mi corazón en ese momento se desprendió de mi cuerpo, mi cerebro dejó de procesar y dejé de comprender lo que estaba pasando, no lo podía creer», expresó la mujer para luego celebrar: «Hoy hace 6 días firmé los papeles de MI AUTO».

En ese punto del relato Tania no pudo ocultar la emoción y agradeció: «Un auto, más allá que un bien material es la comodidad de mi hija. Estás personas no me dieron simplemente un auto, estás personas me cambiaron la vida, para mí no es un auto, es dejar de andar con mi bebé en colectivos llenos de gente, es dejar de cargar 25 kg en mis brazos, es que mi hija no se moje, no pase frío y no pase calor cuando tenga que ir a los turnos en el hospital, le dieron a ella la posibilidad de ir a conocer lugares nuevas y poder ir cómodos sin miedo».

«Estás personas que para mí son ángeles que los envío Dios para bendecirme, me cambiaron la vida. Mi corazón explota de felicidad y no me va a alcanzar la vida para agradecerle esto. Dios los va a bendecir siempre», finalizó en el posteo en el que compartió la foto de la pareja.