El exsecretario de Niñez y Familia dejó su cargo a pedido de Sandra Pettovello por desmanejos en los contratos e irregularidades en el almacenamiento de alimentos.
El hasta entonces secretario de Niñez y Adolescencia Pablo de la Torre fue despedido por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y sumó un nuevo cambio en la gestión libertaria que escala a más de 30 en los primeros seis meses.
Lo cierto es que desde la cartera detectaron desmanejos en los contratos de funcionarios de su entorno e irregularidades en el almacenamiento de alimentos almacenados en los galpones de Tafí Viejo, en Tucumán, y Villa Martelli, en el Conurbano bonaerense.
Según supo la agencia Noticias Argentinas, a raíz de una investigación periodística, el ministerio sigue de cerca a de la Torre por posibles contrataciones por fuera del Estado a través de lo que se conoce como Organización de Estados Iberoamericanos.
A esas sospechas, se sumó la ineficacia a la hora de notificar las fechas de vencimiento de los productos almacenados, muchos próximos a la fecha límite. Un complejo combo que motivó a la titular de la cartera a denunciarlo en la Oficina Anticorrupción para que se siga de cerca el accionar de su exsecretario.
Ante ese panorama, la administración libertario optó por “limitar las competencias de los funcionarios y empleados responsables que, por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería”.
El presidente Javier Milei respaldó a su ministra, a la que en más de una oportunidad calificó como “la número uno”, y ratificó la limitación de las funciones del exsecretario.
Al respecto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, reveló en conferencia de prensa que el Presidente “expresó su total apoyo a la ministra Pettovello”, y admitió que de la Torre tuvo problemas en la gestión, y que fue el responsable de la limitación en la información sobre el tema de alimentos.
“Cuando alguien pierde confianza en uno de sus funcionarios se toma la decisión de reemplazarlo”, expresó el vocero, y concluyó: «Todos los funcionarios tenemos libertad absoluta para elegir equipos y cuando vemos algo que no funciona o no cumplen nuestras expectativas removerlo o modificarlo”.