Los depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado -tradicionales y UVA- crecieron 17,5% en los últimos dos meses, un porcentaje superior a la inflación que distintas consultoras proyectan para el bimestre junio-julio, antes de la suba de tasas de esta última semana, según datos del Banco Central (BCRA).
Puntualmente, los plazos fijos tradicionales alcanzaron el 26 de julio -últimos datos disponibles- los $ 5,211 billones, un 16,8% más que en igual fecha de mayo, mientras que los «UVA», que ajustan por el índice de precios al consumidor que releva el Indec, llegaron a los $398.426 millones, un 28,8% más que a finales de mayo.
El aumento de los depósitos en pesos se dio pese a la fuerte suba de los dólares financieros que, entre los primeros días de junio y principios de esta semana, pasaron de cerca de $210 a más de $340, una aumento que gatilló la suba de precios de artículos de consumo y que, según cálculos de distintas consultoras, llevaría la inflación de julio en torno al 7%.
En ese caso, la inflación acumulada de los últimos dos meses sería del 12,7%, casi cinco puntos porcentuales por debajo del aumento de los depósitos a plazo fijo, un dato que demuestra que, a pesar del desafiante contexto, la demanda de activos en pesos en el sistema bancario se mantiene estable.
Para ayudar a frenar la inflación y estimular el ahorro en pesos, el Banco Central aplicó el jueves último una suba de 800 puntos básicos de la tasa de interés, la suba más alta desde el inicio de la gestión de este gobierno en 2019.
La tasa de interés sobre los plazos fijos de personas pasó de 53% a 61% anual para los depósitos a 30 días hasta 10 millones de pesos, lo que representa un rendimiento de 81,3% en términos efectivos anuales, mientras que el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado (personas o empresas) tendrán una tasa mínima garantizada de 54%, lo que representa una tasa efectiva anual de 69,6%.
La medida estuvo coordinada con el Ministerio de Economía, que el miércoles subió también muy fuertemente el interés que paga por sus títulos a tasa fija en pesos con vencimiento a corto plazo y que, ahora, forman parte de la nueva estructura de tasas de interés con la que el BCRA fija su política monetaria.
El corredor está conformado por las Letras del Tesoro de corto plazo como límite superior del corredor (hoy en 90% de TIR), la tasa efectiva anual (TEA) de las Leliq a 28 días (79,8%) como referencia media y la tasa de Pases a un día como límite inferior (de 75% de TEA).
«Los resultados positivos de las últimas licitaciones de instrumentos de deuda en pesos en términos de financiamiento neto robustecen la perspectiva de un stock decreciente de pasivos remunerados del BCRA en términos del PIB», señaló el Central.
El Tesoro confirmó que cerró julio con un endeudamiento neto de $372.000 millones y que, en lo que va de 2022, pudo refinanciar el 130% de sus vencimientos, un número en línea con los objetivos fijados en el acuerdo con el FMI.
«El esquema de tasas vigente hasta junio estaba generando varios problemas. Por un lado, perdía sistemáticamente con la inflación y por otro lado no logró generar los incentivos necesarios para que los inversores se vuelquen nuevamente hacia los instrumentos de deuda del Tesoro», señaló un informe de Quinquela Fondos.
En ese sentido, el informe destacó que el nuevo esquema determina «un escalonamiento más ordenado entre las tasas de Pases, Leliqs y Letras del Tesoro (Ledes), con un premio por ir a instrumentos del Tesoro» y que, al mismo tiempo, son «más acordes para retomar el equilibrio económico».
«Era obvio que en este contexto de nominalidad más elevada las tasas no podían seguir en los niveles que estaban. Creo que el Banco Central y el Tesoro ya tomaron nota. Es un buen primer activo con el que ingresa (Sergio) Massa al Gobierno», aseguró a Télam el director de la consultora Analytica, Ricardo Delgado.
«Además del efecto el efecto expectativas, la suba de tasas ha ayudado a descomprimirla la presión sobre los dólares financieros y el Blue. Es importante para un nuevo arranque de gestión y, si bien no es este suficiente porque ahora hay que avanzar en medidas fiscales, una tasa de interés más elevada hace que el frente financiero esté más alineado», agregó Delgado.
Para Nicolás Pertierra, economista jefe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), manifestó que la decisión del Central «ayuda a desinflar los dólares paralelos, lo cual no es poco».
«Una tasa de interés de financiamiento muy baja en el mercado financiero es combustible para financiar la corrida de los dólares. Subir las tasas es obviamente parte de sacarle presión a los dólares paralelos», dijo Pertierra.
Y agregó: «Me parece que habla de una coordinación mejor entre el Ministerio de Economía y Banco Central porque se dio después de la licitación del Tesoro. El Tesoro primero subió las tasas y después fue el Banco Central, que no creo que sea tanto por la política anti inflacionaria sino más asociado a la brecha a cambiarla».