Ana Fiorino tenía 41 años y estaba a punto de cumplir su sueño de trabajar en el Poder Judicial cuando perdió la vida. Su familia pide rechazar la solicitud de prisión domiciliaria que realizó la defensa del acusado, Maximiliano Insaurralde.
En la mañana del 10 de agosto del año pasado, un brutal accidente ocurrió en la ciudad de La Plata: un auto Renault Clio color negro cruzó el semáforo en rojo a gran velocidad y chocó contra la puerta del acompañante de otro vehículo. En ese lugar, viajaba Ana Carolina Fiorino, de 41 años, quien murió en el acto.
A casi nueve meses del hecho, la familia de la víctima pide que se haga justicia y que se eleve la causa a juicio. “Este hombre destruyó todo. Le arrebató los sueños, los proyectos. A su pareja la dejó devastada. Y ahora tengo que concebir la idea de que tal vez un juez le otorgue la domiciliaria. Él no puede estar caminando tranquilo mientras mi hija está bajo tierra“, sostuvo Stella Rosso, la madre de Ana..
El trágico episodio se produjo alrededor de las 7:30 de la mañana en la intersección de la avenida 7 y la calle 49, cuando Maximiliano Insaurralde -el acusado- chocó contra el auto en el que viajaba Ana junto a su pareja, Juan Manuel Roldán, de 42. Ambos circulaban en un Nissan March blanco.
Los dos vehículos quedaron destrozados y tanto Insaurralde como Roldán sufrieron heridas de gravedad, por lo que tuvieron que ser trasladados a hospitales de la zona. Sin embargo, Fiorino perdió la vida en el lugar.

El recorrido que realizó Insaurralde en el Renault Clio momentos antes de embestir a la pareja quedó registrado por las cámaras de la zona. En esos videos, se pudo comprobar que el hombre de 41 años pasó varios semáforos en rojo y que circulaba a una alta velocidad en pleno centro de la ciudad.
En el caso, intervino el fiscal Carlos Alpino Vercellone, a cargo de la UFIJ N°10 del Departamento Judicial de La Plata, quien ordenó la detención de Maximiliano Insaurralde y lo imputó por “homicidio simple con dolo eventual en concurso ideal con lesiones”. Un delito que prevé una pena de 8 a 25 años de cárcel.
Desde entonces, el acusado se encuentra detenido en la Unidad N° 22 de Lisandro Olmos. A pesar de ello, sus abogados defensores le solicitaron al juez de Garantías Agustín Carlos Crispo -quien lleva la causa- que se le otorgue la prisión domiciliaria.
Los argumentos del pedido tienen que ver, por un lado, con la salud del imputado. La defensa señala que Insaurralde no puede recibir en el penal una rehabilitación adecuada para las lesiones que sufrió durante el accidente. Además, destacaron un cuadro de consumo problemático de drogas, ya que se afirma que el día del hecho, estaba alcoholizado y había consumido cocaína y clonazepam.

“Él mismo declaró en la audiencia que tenía problemas de consumo personal hace mucho tiempo y que la noche anterior al choque había consumido una combinación. Es un riesgo para la sociedad que esté suelto”, remarcó el abogado de la familia de la víctima, Lautaro Rodríguez, en declaraciones a este medio.
La fiscalía rechazó esta solicitud al considerar que Insaurralde “se mantuvo indiferente ante una situación concreta de peligro”. Por este motivo, el fiscal Vercellone pidió este miércoles que la causa sea elevada a juicio.
El desgarrador relato de la madre de la víctima: “Nos cambió la vida para siempre”
Ana Fiorino era muy cercana a su mamá, Stella Rosso. Incluso, en la noche siguiente al choque, ambas se iban a juntar para cenar y celebrar que ella estaba a punto de cumplir uno de sus sueños: entrar a trabajar en el Poder Judicial.
“Ana vivía para su profesión. Primero se recibió de médica, después de forense, luego estudió para perito y legista. Su mayor sueño era trabajar en el Poder Judicial, y lo había logrado. La habían nombrado en San Luis. Esa semana iba a viajar para instalarse y asumir el cargo. Pero él destruyó todo”, relató Stella.

La mujer ya había enfrentado otras pérdidas devastadoras: años atrás, perdió un hijo por mala praxis médica y luego a su marido en un accidente. “Con Ana éramos una sola. Pero me la devolvieron en un cajón de madera. Ni siquiera pude despedirme. No la pude besar, no la pude abrazar. Estuve veinticuatro horas abrazando una madera. A nosotros nos cambió la vida para siempre”, expresó.
Sobre la posibilidad de que Insaurralde reciba la prisión domiciliaria, manifestó: “Ella no tuvo la culpa de nada. No fue un choque entre dos. Él la mató. La mató en el acto. Creo que ni siquiera llegó a darse cuenta de lo que había pasado”. Y sumó: “Este hombre no tiene empatía por la vida”.
En los próximos días, el juez Crispo deberá definir si hace lugar al pedido de la defensa del imputado y a la solicitud de elevación a juicio de la causa.
“Lo único que pido es justicia para mi hija. Porque si tengo que salir a golpear puertas, lo voy a hacer. Lo voy a hacer por Ana, porque se lo merece. Todos los que la conocieron -sus pacientes, sus colegas, en cada lugar donde trabajó- tienen solo palabras de amor para ella. Por el ser humano que era y por la alegría de vivir que tenía”, concluyó la madre.