Más denuncias contra la mujer que mató a su novio y luego fue detenida por golpear a su marido

Julieta Silva, la mujer mendocina que en 2017 fue condenada por atropellar y matar a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, volvió a quedar en el centro de la escena judicial. Esta semana, el fiscal de San Rafael, Fabricio Sidoti, la imputó por una decena de hechos de privación ilegítima de la libertad agravada por el vínculo, en base a una nueva denuncia de su actual esposo, Lucas Giménez.
De acuerdo al testimonio de Giménez, Silva lo dejó encerrado en varias oportunidades en la casa donde convivían. En algunos casos, la privación de la libertad se extendió durante horas o incluso, toda la noche.

El caso comenzó el 12 de julio, cuando Giménez denunció que Silva lo había golpeado en la cara durante una discusión. La acusación inicial fue por lesiones leves agravadas por el vínculo y desobediencia. A esas acusaciones, se agrega la privación ilegítima de la libertad.
Semanas atrás, y luego de quedar detenida con prisión domiciliaria y tobillera electrónica, Silva habló con Mediodía Noticias (eltrece) para dar su versión de los hechos: “No pasó más que una discusión, pero mi nombre pesa. Solo eso voy a decir”.

No explicó, en cambio, los rasguños e hinchazones que presentaba su esposo, acreditados en la investigación, ni la denuncia que ella misma presentó contra Giménez en la Unidad Fiscal de Violencia de Género, hecho confirmado a TN por fuentes de la causa.

La trama judicial sumó además la denuncia de la expareja de Giménez, quien en diciembre acusó a Silva de haberla amenazado a ella y a su hija.

En su testimonio, la mujer aseguró que Silva le dijo: “Yo te voy a comer el hígado y los riñones a vos y a tu hija. Las voy a dejar en la calle”.

Según la Fiscalía, el 16 de julio, y pese a una orden de restricción, Silva volvió a contactarse tanto con Giménez como con la nena, lo que configuró el delito de desobediencia.

Tras la denuncia de la expareja de Giménez, Julieta Silva fue trasladada a una penitenciaría de San Rafael. Días después, el juez Claudio Daniel Gil volvió a concederle el arresto domiciliario mientras avanza la investigación.
Silva tiene antecedentes por el hecho ocurrido la madrugada del 9 de septiembre de 2017, cuando a la salida de un boliche en San Rafael atropelló y mató con su auto a su novio de 25 años.

Aunque la fiscalía y la querella sostuvieron que fue un acto intencional, la Justicia la condenó por homicidio culposo, figura que descarta intención de matar, y le otorgó prisión domiciliaria por ser madre de dos menores. El fallo generó una fuerte polémica social en Mendoza.

Silva cumplió esa pena, rehízo su vida y se casó con Giménez. Hoy, vuelve a enfrentar acusaciones graves que podrían derivar en una nueva condena y reabrir el debate sobre sus antecedentes y el accionar judicial.