Masacre de Napalpí: el relato de los sobrevivientes que ingresó a sede judicial 98 años después

El inicio del juicio oral por la verdad de la Masacre de Napalpí -que comenzó hoy en Resistencia- implica un avance en la deuda de Justicia respecto del reclamo de las comunidades originarias a ser escuchadas y sus relatos incorporados a la memoria histórica y social. En la primera audiencia que se desarrolló hoy pudo verse una entrevista a Juan Chico, docente e historiador qom, uno de los pilares de este juicio que no pudo llegar físicamente a las audiencias a raíz de su fallecimiento con coronavirus el año pasado.

“Napalpí es un tema muy caro a nosotros, se invisibilizó, pero en el los últimos años empezó a levantarse, la memoria oral vino con los años pidiendo permiso, abriéndose paso en la historia oficial, sucede que es como dice Walter Benjamin; todo documento es documento de barbarie. Hay un conocimiento cultural, en las comunidades, que debe ser receptado en la Justicia”, expresó en un video que se proyectó hoy.

Durante la segunda parte de la audiencia, se proyectaron sendas entrevistas a Pedro Balquinta -de 105 años- y a Rosa Grilo -de 114 años- realizadas por los fiscales Federico Carniel y Diego Vigay, de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Federal. La primera de ellas fue realizada en la zona rural del Paraje San Lorenzo Colonia Necochea del Departamento de Chacabuco de la provincia del Chaco, el 18 de junio de 2014. Allí Pedro, que tenía 12 años cuando ocurrieron los hechos, contó en su lengua mocoví sus vivencias: «En la reducción Napalpí mataron a muchos. Los taparon en un pozo grande, un solo pozo (…)».

También relató otro hecho represivo, ocurrido en el Zapallar en la provincia de Chaco, en 1933: “Era un pueblo chiquito pero había como tres mil personas cuando fueron para matarlos, pero no pudieron matarlos a todos. Había dos pastores allí, que cuando llegaron los militares se pasaron toda la noche orando para que nos les hagan nada. Los Mocovi fueron a buscar trabajo al Zapallar por eso llevaban sus caballos .Los cabecillas iban adelante por eso los mataron. Estaba el cacique Duran que vivía en las Tolderías esas tierras son de los criollos hoy”.

La entrevista a Rosa Grilo, de 114 años, fue realizada en el Paraje “El Martillo” en Machagai, el 17 de noviembre de 2018. “Es muy triste para mí, por que mataron a mi papá. Casi no me quiero acordar, me hace doler el corazón. Mi abuelo y mi mamá dispararon en el monte, ‘disparemos’, ‘disparemos’, decían. No sé por qué mataron niños, grandes, mucho sufrimiento. Yo era niña pero no tan chica, por eso recuerdo. En el monte comíamos algarrobo, cualquier fruto de los árboles comíamos y tomábamos agua de los cardos», recordó la anciana en la entrevista.

«Un avión arriba tiraba bolsas desde el avión y caían al piso, y la gente iba a buscar y ahí lo mataban. Y ahí, mi abuelo y nosotros disparamos porque queríamos vivir. Mi abuelo se llamaba Francisco Grilo y mi mamá Antonia Grilo. Mi abuelo, cazaba cualquier bichito para rebuscarse. Mi mamá me contó que le mataron a mi papá. No quiero ver que se repita. Duelen esas cosas, como uno no va a sentir la familia. Nunca se habló de lo que paso, recién ahora se habla”, añadió.

El juicio oral por la Masacre de Napalpí tiene como objetivo establecer la verdad histórica como reparación a familiares de las víctimas y a sobrevivientes. Este proceso tiene como antecedente directo los juicios por crímenes de lesa humanidad realizados en los años noventa en la investigación del destino final de víctimas de desaparición forzada por parte del terrorismo de Estado, cuando no podía avanzarse en la sanción penal de los crímenes a causa del “cerrojo judicial” que implicaban las leyes de obediencia debida, de punto final, y los indultos a cúpulas militares.

En 2014, la Unidad Fiscal de Derechos Humanos inició una investigación sobre la Masacre de Napalpí y en 2021 se presentó un pedido formal ante el Juzgado Federal número 1 para la realización de este juicio. La jueza Zunilda Niremperger resolvió catalogar los crímenes como de lesa humanidad y, por ello, imprescriptibles, y ordenó la realización del proceso. En julio de 2021 la zona donde ocurrieron los crímenes fue señalizada por la Secretaría de Derechos Humanos como sitio histórico.

En 2008 el 16 de enero, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, encabezó un pedido formal de perdón a los pueblos originarios por la Masacre, en el marco del cumpleaños 107 de Melitona Enrique, una de las sobrevivientes.