El volante paraguayo, recién llegado a Estados Unidos, mantuvo conversaciones meses atrás con el Xeneize cuando estaba por quedar libre en Corinthians, pero finalmente decidió tirar paredes con Leo y Suárez.
En los últimos cinco mercados de pases de Boca hubo un jugador que siempre apareció, subrayado y bien arriba, en la lista de prioridades: Matías Rojas. Elogiado por Juan Román Riquelme y dueño de un remate preciso y furibundo, el volante paraguayo volvió a aparecer en la órbita bostera en el pasado verano tras haber quedado libre de Corinthians, pero terminó firmando contrato en el Inter Miami de Lionel Messi.
Ya es común que en todas las ventanas de transferencias se agranden simples rumores que nacieron de algún despacho de La Bombonera o del Centro de Entrenamiento de Ezeiza, pero lo cierto es que el Xeneize buscó concretar la llegada del mediocampista asunceno y hubo conversaciones durante algunos días.
«Yo estaba al tanto del interés de Boca. Hablé con la gente de Boca, también habló mi agente, pero contractualmente era un poco complicado», confiesa Rojas en tycsports.com. Mientras habla, le brilla el escudo de Inter Miami, el club del Sur de la Florida que le ganó la pulseada al de La Ribera.
Moverse al lado de Messi y de figuras de la talla de Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets influyó a la hora de decidir su futuro. «Yo personalmente tenía la idea de llevar mi carrera para otro lado. Siempre agradecí el contacto de Boca conmigo, pero antes había aparecido Inter Miami y estaba ilusionado con eso», sostiene el flamante N°7 de las Garzas.
Consultado sobre si defendería la camiseta azul y oro en un futuro, Rojas no se esconde ni le baja el pulgar a esta posibilidad: «Nunca le cierro las puertas a nadie». Aunque avisa que, en el caso de volver a Argentina, la prioridad siempre estará en Avellaneda: «Yo tengo algo muy emocional con Racing. Tuve un paso demasiado pesado en lo emocional, fue hermoso, algo muy lindo. Eso no va a cambiar».
Que suene el teléfono y del otro lado de la línea se escuche la voz de Riquelme debe ser un sueño para cualquier futbolista. Al mediocampista no solo lo llamaron desde el Consejo de Fútbol, sino que lo elogió públicamente el ídolo de Don Torcuato.
A finales de abril del año pasado, luego del triunfo de Boca sobre Racing en La Bombonera, Román se lamentó por no verlo en cancha y no escatimó en halagos: «Yo quería ver que juegue Rojas hoy. Golpea la pelota diferente. Siento admiración por su juego y por los grandes jugadores de fútbol».
Pasó más de un año, pero se le sigue dibujando una sonrisa cada vez que le recuerdan la frase de Riquelme. «Es una palabra que tiene un peso demasiado grande, como la que tienen los jugadores que hay acá (en Inter Miami). Fue algo muy gratificante lo que había dicho Román, con mi papá siempre admiramos su juego, la forma en la que jugaba, cómo se expresaba… Yo estoy muy afuera de lo que son las redes, no me enteré nada, pero mi papá me contó y es algo muy gratificante para nosotros», asegura.
Ahora escucha las palabras de otro N°10 como Messi, con quien ya tiró paredes en su primera práctica. «Él te exige a tope en el día a día, entonces uno no está pendiente de disfrutar, sino concentrado en crecer. Yo después disfruto hablando con mi familia y contando las cosas que voy viviendo», expresa.
Más allá de haber estado entrenando varios meses por su cuenta en Asunción tras quedar libre en Brasil, Gerardo Tata Martino lo vio bien física y futbolísticamente en Fort Lauderdale y no dudó en sumarlo a la lista de jugadores que viajarán a New England para jugar este sábado por la MLS.
El principal objetivo es gritar campeón en tierras norteamericanas, aunque Rojas trazó otros y los tiene bien en claro: «Quiero mantener un nivel alto, un nivel físico bueno y aportarle todo lo que sé al equipo. El Tata exige mucho, igual que Messi, Suárez, Jordi y Busquets. Eso me va a ayudar muchísimo. A mí no me gusta relajarme, por eso quiero mantenerme enfocado para tener las puertas abiertas de la selección (de Paraguay)».