El director técnico argentino era el favorito de los dirigentes para reemplazar al despedido Gregg Berhalter tras el fracaso en la Copa América 2024.
El fútbol de Estados Unidos se encuentra en una etapa crucial de preparación para la Copa del Mundo 2026, que será organizada conjuntamente con Canadá y México. En este contexto, la Federación de Fútbol estadounidense decidió apostar por un entrenador de renombre internacional, el argentino Mauricio Pochettino, quien fue sido designado para liderar el equipo nacional tras la salida de Gregg Berhalter.
El exentrenador del Chelsea, Paris Saint-Germain (PSG) y Tottenham, entre otros, llega al banquillo yankee con una vasta experiencia en el fútbol europeo. Su elección responde a la necesidad de un proyecto sólido y ambicioso, que tenga como objetivo principal convertir a Estados Unidos en un contendiente serio para la Copa del Mundo que vendrá, un torneo que el país organizará en su propio suelo.
El despido de Berhalter se produjo después de la decepcionante actuación del equipo en la Copa América 2024, donde el anfitrión quedó eliminado en la fase de grupos, un resultado considerado inaceptable por la Federación.
Tras esta debacle, se intensificaron los esfuerzos para encontrar un reemplazo adecuado, y Pochettino emergió como la opción preferida, gracias a su historial de éxito y su capacidad para gestionar proyectos a largo plazo. Su llegada fue recibida con entusiasmo, tanto por los directivos como por los aficionados, quienes ven en él la figura ideal para guiar al equipo hacia el éxito.
Pochettino asumirá el cargo inmediatamente, con la misión de comenzar a trabajar en la construcción de un plantel que pueda cumplir con las altas expectativas de cara a 2026. Además de su experiencia en Europa, se espera que el técnico aporte una visión fresca y estrategias innovadoras que permitan al equipo estadounidense mejorar su rendimiento y alcanzar nuevos niveles de competitividad.