Días atrás, una joven de 20 años de Corrientes posteó en Instagram que su ginecólogo la había abusado durante una consulta médica. Enseguida otras mujeres comenzaron a contar situaciones de abuso con el mismo médico, Alejandro Gerardo Dahse, 56 años.
Los relatos de las mujeres se fueron multiplicando. “Ya son 17”. “No se conocen entre sí”. “Varias tienen veintipico”. “Otras llegan a los 50”. “Hay abusos de meses atrás”. 2Otros, de hace más de 20 años”. “Es un violador serial”, aseguran.
Cuentan que Dahse cierra la puerta con llave. Y en ese espacio de intimidad, las abusa: durante un papanicolau, al colocarles un Diu, después de practicarles un aborto. Una de estas mujeres intentó suicidarse. Su madre lo denunció el mismo día que su hija se lo contó: el 24 de octubre de 2008. La Justicia no actuó y lo sobreseyó. Ahora que es una mujer -cuando la abusó era menor-, quiere volver a denunciarlo.
La joven que posteó el abuso en Instagram lo denunció ante la Justicia. Otras, al ver que no fueron las únicas y que el médico sigue abusando aún hoy, quieren denunciarlo ahora.
Dahse salió en medios locales a defenderse, le echa la culpa a las “feminazis”. En las redes escribe ironías. Hay quienes se ríen con él y las agreden a ellas, a 17 mujeres que aún hoy lloran al hablar de los abusos. ¿Qué están defendiendo?
La fuerza del #MeToo
El movimiento #MeToo nació hace cuatro años para denunciar abusos y le dio fuerza a mujeres en todo el mundo para no seguir callando y entender que la vergüenza es de los abusadores. No son deslices ni privilegios. Son delitos.
Han caído productores de cine, actores, empresarios, jueces, intendentes, curas, profesores, entrenadores de todos los deportes, médicos. En Argentina y en el mundo. Es el «efecto dominó», el poder de la palabra, el pasar de la soledad a la fuerza colectiva. La sociedad es otra. Están las redes sociales, los medios de comunicación. Ya no hay lugar para la impunidad.
“Soy una mujer de 53 años, soy madre de tres y abuela de tres. Soy docente. Hasta hace 15 días tenía un concepto sobre el colectivo de mujeres. Decía: ‘no me representan’. Pero cuando la vida te sacude de tal manera los conceptos se reacomodan -dijo ahora la madre de una de las víctimas-. Todos estamos a tiempo de modificar nuestras necedades”.
¿Cuántas mujeres no habrían sido abusadas si la Justicia de Corrientes hubiera actuado 13 años atrás? Dahse declara el miércoles. El Poder Judicial tiene ahora otra oportunidad de actuar. Y hacer Justicia.