Javier Milei se muda esta semana a la quinta de Olivos. Según confirmó él, será este lunes. Previo al vuelo que lo llevó este fin de semana a Río Gallegos para visitar la Antártida, buscó objetos personales, como libros y ropa, en su casa de Benavidez y las hizo llegar a Olivos. También ya dio de baja la reserva en el Hotel Libertador.
Según pudo saber TN, las reformas de los caniles para que jueguen los cuatro mastines ingleses, Milton, Robert, Lucas y Murray, que trababan la movilización del jefe de Estado a Olivos, ya se terminaron.
Su construcción tardó porque se requirieron materiales importados para reformar lo que fue la caballeriza que puso el expresidente Carlos Menem. Los caniles son grandes y tienen paredes gruesas y altas.
Esto se debe a que los perros no pueden convivir ni cruzarse, ya que perdieron la sociabilidad en pandemia y se atacan en caso de verse. Parados miden un metro ochenta y pesan un poco menos de cien kilos.
Previo a la campaña, Milei los paseaba por separado porque tuvo varios episodios en los que los perros se violentaron y tuvo que intervenir. En su departamento del Abasto, los tenía en diferentes sectores.
Una vez que el presidente se ubique en la residencia presidencial, se reordenará el esquema de trabajo con los funcionarios. Habrá reuniones de gabinete en Casa Rosada los martes y los viernes y el resto de los días se quedará en Olivos.
En la quinta, se reformó un sector para que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, trabajen desde ahí y no deban movilizarse como los demás ministros. Además, tendrán a disposición la casa de huéspedes para dormir cuando quieran.
El jefe de Estado vivirá solo en la quinta presidencial, ya que ni su pareja, Fátima Flórez, ni su hermana y secretaria General de Presidencia, Karina Milei, lo acompañarán en Olivos. Tampoco lo hará el asesor personal de Milei, Santiago Caputo.
Según pudo saber TN, la idea de Milei es movilizarse a Casa Rosada en auto y no en helicóptero. Quiere dar un gesto de austeridad ante la crisis inflacionaria y los recortes del Estado.
Lo mismo hará el resto de los funcionarios, que deberán viajar hasta Olivos para hablar personalmente con el presidente en caso de que no haya gabinete.