El primer parte médico indicaba una “condición crítica” al recibir dos disparos en la cabeza, en Barracas. Acusan a efectivos de la Ciudad.
El adolescente baleado en la cabeza por policías de la Ciudad murió esta tarde en el hospital El Cruce. Había sido trasladado esta mañana ante el agravamiento de su cuadro, tras recibir dos disparos en la cabeza, en un episodio que la familia denuncia como un caso de “gatillo fácil”.
Lucas González tenía 17 años y jugaba en las divisiones inferiores de Barracas Central. Fue baleado junto a otros tres amigos que lo acompañaban.
Esta mañana, los especialistas remarcaban en un parte médico que la “condición neurológica (era) crítica”. Había “ingresado en estado crítico recibiendo soporte artificial de funciones vitales”, detallaba el comunicado del hospital.
Denuncia contra los oficiales. La familia del adolescente denuncia que se trata de un caso de “gatillo fácil”. » Me lo acribillaron a mi hijo. Le metieron dos balazos en la cabeza. Quiero justicia por mi hijo porque es una buena persona», lamentó el papá de Lucas, poco antes del fallecimiento de su hijo.
Según reconstruyeron familiares y amigos de Lucas, el grupo de amigos había salido de entrenar en el club Barracas Central, momentos antes del incidente. «Ellos venían de la plaza Pereyra y cuando doblaron se les cruzó un auto adelante, ni siquiera le dieron la voz de alto, los encañonaron y los chicos se asustaron porque pensaron que les iban a robar el auto», indicó Emanuel, uno de los amigos de Lucas, en declaraciones televisivas reproducidas por la agencia NA.
«En una esquina le dijeron a la policía ´nos están disparando y nos mataron a un compañero´ porque pensaron que estaba muerto Lucas. Era un auto de civil, no le dieron voz de alto no les dijeron nada. Son chicos que venían de practicar, de jugar a la pelota y pararon para comprar jugo», explicó.
Por su parte, el padre del joven que manejaba el auto señaló: «El auto es mío, mi hijo manejaba y tiene todo en regla. Ellos fueron a entrenar y cuando salen los intercepta un auto que no tiene identificación de nada, se bajaron tres personas apuntándoles, ellos escaparon y los otros arrancan a los tiros. Mi nene paró para decirle a la policía que le querían robar y que el amigo estaba herido y los terminan deteniendo a ellos», dijo.
«Mi hijo me dijo que los intercepta un auto y se bajaron tren personas apuntándolos. Mi nene vio a dos mujeres policías y les pidió que asistan al amigo que estaba herido, pero la chica lo obliga a bajar y lo reducen a él y al otro amigo. Hay otro nene que venía con ellos que salió corriendo del miedo y ahora se los llevaron a los tres a un instituto de menores», declaró.
Además acusó a los oficiales que contradijeron la versión inicial: «Un policía dice que hubo una llamada al 911 que los chicos estaban en actitud sospechosa y los acusan de haber atropellado a alguien, pero no es verdad. Es una locura lo que hicieron, no tenían ni una baliza que los identifique”.
Explicación policial. De acuerdo con lo explicado por la Policía de la Ciudad, un móvil sin identificación intentó identificar a los ocupantes del rodado cuando salía de la villa 21-24 de Barracas, pero aceleraron para darse a la fuga, por lo que se inició una persecución con disparos que culminó en el cruce de Alvarado y Perdriel, donde el joven futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante.
Dos de los jóvenes fueron detenidos en el momento, mientras que un tercero se escapó y más tarde se presentó en la sede de la Comisaría Vecinal 4C junto a su madre y también quedó apresado. Los adolescentes fueron trasladados durante algunas horas a un instituto de menores.