El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ratificó este domingo que seguirá adelante con el plan oficial para ocupar la Franja de Gaza una vez finalizado el actual conflicto. La estrategia contempla que Israel retenga el control de la seguridad del enclave, mientras que la administración de la vida cotidiana quedaría en manos de una entidad internacional distinta tanto de Israel como de la Autoridad Palestina.
Durante una conferencia de prensa con medios internacionales, Netanyahu afirmó que reconocer un Estado palestino independiente sería “invitar a una guerra futura y segura”, postura que, según aseguró, cuenta con un amplio respaldo de la opinión pública israelí.
El proyecto también prevé la creación de una “zona de seguridad” en el límite entre Gaza e Israel, con el objetivo de prevenir lo que el gobierno israelí considera amenazas contra su población.
Netanyahu insistió en que Israel “no tiene más remedio que completar la derrota de Hamas” y defendió su estrategia frente a la condena internacional, a la que calificó como parte de una “campaña global de mentiras”. Asimismo, negó que su gobierno utilice el hambre como arma de guerra, afirmando que “si tuviéramos una política de hambruna, nadie en Gaza habría sobrevivido tras dos años de guerra”.
Sin embargo, organismos internacionales y grupos de derechos humanos han documentado una grave crisis alimentaria en el enclave. Según las autoridades sanitarias de Gaza, solo este domingo se registraron cinco muertes adicionales por hambre y desnutrición.
Desde el inicio de la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023, el número de personas fallecidas por ataques y sus consecuencias asciende al menos a 61.430. La situación humanitaria sigue siendo crítica, en medio de la persistencia de los combates y las restricciones para el ingreso de ayuda humanitaria.