El hombre pretendía ir a vivir con una de las víctimas y le escribió una carta en la que propuso que la madre de las chicas «haga una terapia y lo acepte».
Esta semana terminó la etapa de alegatos del juicio contra un empresario de Castelar por el abuso sexual de sus cuatro hijas, a quienes atacó desde que estaban en jardín de infantes. La fiscalía pidió 50 años de cárcel para el imputado, y resta que resuelva el Tribunal Oral Criminal Nº 1 de Morón.
La primera denuncia por abuso sexual contra Alejandro Rosario Manuel Leguizamón fue radicada en 2016, cuando una de sus seis hijas rompió el silencio durante una reunión familiar. La víctima, que en ese momento tenía 26 años, descubrió recién entonces que al menos tres de sus hermanas habían sido violadas por su padre.
Leguizamón, de 55 años, llegó a juicio acusado de «abuso sexual gravemente ultrajante para la víctima reiterados» por tres hechos, y de «abuso sexual con acceso carnal reiterados» en otros nueve, todos con el agravante de ser el padre de las víctimas, de que las tenía amenazadas y de que convivía con ellas.
El fiscal Pablo Masferrer pidió en el cierre de su exposición que se le imponga una pena de 50 años de cárcel, y el abogado de las víctimas, Yamil Castro Bianchi, coincidió en el número, informó el sitio Primer Plano Online.
Masferrer también pidió que se abra una investigación judicial específica para investigar la posible situación de abuso vivida por una de las hermanas quien dijo haber sido atacada por un amigo de su padre y por su propia madre, ex pareja de Leguizamón.
La madre de las víctimas declaró en el juicio que Leguizamón «es un monstruo» y relató situaciones de violencia de género cometidas contra ella por el acusado. También salieron a la luz instancias de violencia contra los hijos de la pareja.
Leguizamón es dueño de la fábrica de membranas Techflex, ubicada en General Pacheco, y en esa empresa trabajan sus hijos varones y al menos una de las víctimas. En ese entorno el empresario llegó a revelar que estaba «enamorado» de una de las mujeres.
«Me dijo que estaba de novio con su hija. Le dije que se entregue y haga tratamiento», declaró uno de los socios de Leguizamón durante el juicio, que culminó este lunes.
«No es abuso, es incesto»
«Lo mío con vos no es abuso, es incesto. Yo estoy enamorado de vos y juntos tenemos que hablar con tu mamá para que haga una terapia y lo acepte», fueron las palabras que escribió Leguizamón en una carta a una de sus hijas.
La esposa de uno de los empleados de la fábrica declaró durante el juicio que Leguizamón le dijo que estaba «de novio» con una de sus hijas, y que tenía la duda de si la joven estaría embarazada.
En su defensa Leguizamón negó el abuso sexual agravado y reiterado contra sus hijas pero afirmó: «A veces se me iba la mano».