El presidente Alberto Fernández manifestó hoy su solidaridad con la familia de Lucas González, el futbolista de 17 años del club Barracas Central que murió tras ser baleado en la cabeza por un efectivo de la Policía de la Ciudad, en el barrio porteño de Barracas, y advirtió que «no es posible que policías que deben estar al servicio de la seguridad de argentinos y argentinas, terminen con la vida de gente inocente».
«Quiero expresar toda mi solidaridad con la familia de Lucas González. Mi compromiso con su madre Cintia y su padre Mario en este momento tan doloroso», escribió Fernández en un hilo de mensajes su cuenta de Twitter. «Pondremos todos los recursos del Estado a disposición para poder llegar a la verdad y justicia», completó.
En tanto, la reunión prevista para esta tarde entre Fernández y Cintia González, la madre del adolescente, quedó postergada tras el fallecimiento del joven, ocurrido cerca de las 17.45 en el hospital El Cruce de Florencio Varela, donde estaba internado, informaron fuentes oficiales. El encuentro estaba previsto para las 19 en el despacho presidencial de Casa Rosada, luego de que Cintia González enviara esta mañana un mail a Presidencia y el propio Fernández se comunicara con ella y la citara para esta tarde, y ahora el jefe de Estado quedó a disposición de la familia, añadieron los voceros.
La mujer denunció que su hijo fue víctima de un caso de «gatillo fácil» por parte de efectivos de la Policía de la Ciudad, que los uniformados «tiraron a matarlo» y que le «plantaron» un arma de fuego para simular un enfrentamiento. El hecho ocurrió ayer a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran azul y, al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de civil de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.
La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido. En cambio, los familiares y amigos del chico denunciaron que los policías ejecutaron al muchacho actuando con la modalidad de «gatillo fácil».