Rusia anunció este martes nuevos ataques contra instalaciones energéticas de Ucrania, situación que provocó cortes en los suministros de luz y de agua corriente y la suspensión temporal de exportación de electricidad al resto de Europa, y que llevó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a pedir al G7 que establezca un «escudo antiaéreo».
Las infraestructuras energéticas de la provincia de Dnipropetrovsk, en el centro-sur del país, presentaban «graves» daños tras los últimos ataques rusos en la zona, indicó el gobernador regional, Valentin Reznichenko.
«Un modo de ahorro total de electricidad fue implementado en la región para que hospitales, transportes y otras infraestructuras sociales importantes puedan funcionar», añadió, instando a los habitantes a «ahorrar electricidad».
Lo mismo fue denunciado por las autoridades de la provincia de Lviv, en el oeste del territorio, que hablaron de al menos tres misiles rusos que impactaron en infraestructuras energéticas y dejaron a casi un tercio de la capital homónima sin luz.
En tanto, las sirenas de alerta aérea volvieron a sonar este martes en todo Ucrania y la cifra de muertos ocasionados por los bombardeos rusos de el lunes trepó a 19, cinco más que la cantidad confirmada oficialmente hasta anoche, dijeron medios locales.
Después de que el sábado una explosión destruyera parcialmente el estratégico puente de Crimea, el Gobierno de Vladimir Putin inició el lunes una intensa ola de ataques de largo alcance con misiles que cayeron en distintas ciudades de Ucrania, incluida la capital, Kiev.
Putin acusó a los servicios secretos ucranianos de haber provocado la potente explosión y calificó el incidente de «acto terrorista».
Si bien las fuerzas armadas ucranianas dijeron que los ataques a distancia son una «señal de fragilidad» de Rusia, en el marco de un retroceso sufrido por sus tropas en el campo de batalla en los últimos dos meses, lo cierto es que los misiles de las últimas horas sumieron a ciudades enteras de Ucrania en una severa escasez de agua y luz.
Más de 300 localidades seguían este martes sin electricidad en todo el país a causa de los ataques, que alcanzaron centrales eléctricas, recogió la agencia de noticias AFP.
En consecuencia, el Ministerio de Energía ucraniano anunció el lunes que el país dejará temporalmente de exportar energía eléctrica desde este martes para «estabilizar su propio sistema energético».
Ante esta situación, Zelenski instó a las potencias occidentales aliadas de su país a tender un «escudo antiaéreo».
Al participar de una cumbre virtual del G7, el mandatario indicó que «millones de personas estarán agradecidas» por una ayuda de ese tipo, y advirtió de que el Kremlin aún tiene «medios para intensificar su ofensiva».
Estados Unidos prometió incrementar los envíos de defensas antiaéreas a Ucrania y Alemania anunció que entregará «en los próximos días» un primer equipo de misiles antiaéreos Iris-T, capaces de proteger una ciudad entera.
Los líderes del G7 avisaron además a Bielorrusia de que su plan de desplegar tropas conjuntas con Rusia constituye una nueva forma de «complicidad» con la invasión lanzada en febrero por Rusia.
El G7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japón) añadió que pondrá todo su empeño para que «Putin y aquellos que sean responsables rindan cuentas» por los últimos bombardeos.
Los nuevos ataques representan una «señal de debilidad», ya que las tropas rusas están siendo derrotadas, reiteró este martes el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el noruego Jens Stoltenberg.
Turquía pidió un alto el fuego «lo antes posible», a la espera de que su presidente, Recep Tayyip Erdogan, se reúna con Putin el jueves en Kazajistán.
En una entrevista televisada, el canciller turco, Mevlut Cavusoglu, también instó a una «paz justa» basada en la integridad territorial de Ucrania.
En el terreno, Ucrania anunció la exhumación de los cadáveres de 78 civiles en Sviatoguirsk y Limán, dos ciudades de la región de Donetsk, en el este del país, recientemente reconquistadas por las fuerzas ucranianas.
Ucrania también dijo haber logrado la liberación de 32 de sus soldados y la entrega del cadáver de un ciudadano israelí en su último canje de prisioneros con Rusia.
Mientras tanto, en San Petersburgo, Putin recibió este martes al director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, al que le dijo estar «abierto a un diálogo» sobre la situación en la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, controlada por las fuerzas rusas desde marzo.
De acuerdo al Kremlin, el diálogo giró en torno a «todas las cuestiones de interés mutuo, o que susciten preocupación, por ejemplo, lo que tiene que ver con la situación alrededor de la central nuclear de Zaporiyia».
«En cualquier caso, estamos abiertos a ese diálogo», dijo el mandatario, citado por la agencia de noticias rusa Sputnik.
Antes de la reunión, Grossi había dicho que esperaba «una conversación importante» sobre las cuestiones vinculadas a «la seguridad nuclear», y en particular la de la central de Zaporiyia, cerca de la línea de frente y objeto de frecuentes ataques de los que Ucrania y Rusia se acusan mutuamente.
«Me he esforzado en intentar prevenir un accidente nuclear que sería muy dañino en general y en particular en esta región», indicó Grossi, que la semana pasada se entrevistó con Zelenski en Kiev.
Las instalaciones nucleares de Zaporiyia son blanco en los últimos meses de bombardeos, de los que Ucrania y Rusia se acusan mutuamente.
Estos ataques elevaron el temor de un desastre atómico y, en ese marco, las autoridades de Finlandia aconsejaron el almacenamiento de tabletas de yodo en hogares que incluyan entre sus miembros a personas entre cuatro y 40 años y embarazadas.
Pocas horas después, la Asociación Finlandesa de Farmacéuticos informó en un comunicado que las tabletas se terminaron «temporalmente» en todas las farmacias del país, aunque matizó que volverán a estar disponibles «en un futuro próximo».
El yoduro de potasio es una sal de yodo que previene la absorción de yodo radiactivo a través de la tiroides, que puede causar cáncer o lesiones en esta glándula cuando el cuerpo está expuesto a la radiación nuclear.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de tabletas de yodo en caso de accidente nuclear a las personas de hasta 40 años y a las mujeres embarazadas, en este caso para proteger el feto.