Al parecer, ninguno de los obreros que se encontraban con Galván eran especialistas en colocación de techos. Una imagen tomada de un edificio lindero, la clave de la tragedia.
Con el paso de los días se van conociendo detalles sobre el triste final de un joven obrero de la construcción que murió luego de caer desde 20 metros de altura, al no contar con los elementos de seguridad. No sólo no había una chapa de contención en los laterales del edificio, sino que además la soga tensora, en la que debían anclarse los seis trabajadores, se ordenó usarla para sostener las chapas que debían colocar esa siesta trágica. Hoy, a las 9, habrá marcha en pedido de justicia.
Así lo confirmó ayer, Rocío Estigarribia, hermanastra de Gustavo Galván, el joven obrero de construcción de 23 años, que falleció el jueves a la siesta en la obra de ampliación y remodelación de la Escuela Técnica de Construcciones Portuarias y vías Navegables.
“La muerte de Gustavo es una pérdida de la que no nos vamos a recuperar de un día para otro. Tenía 23 años y desde que terminó el colegio se dedicó a trabajar. Tenía su propia casita y sus cosas, gracias a su esfuerzo. Era un chico ejemplar”, expresó Rocío emocionalmente quebrada por lo sucedido. Pero las ironías del destino nos deparaba otra tristísima sorpresa. Gustavo Galván perdió la vida, casualmente, en la escuela donde estudió para forjar su futuro. Esa tarde, Marisa Estigarribia, mamá de Gustavo, recibió un llamado telefónico diciéndole que su hijo había sufrido un accidente grave. Otro de sus hijos, la acompañó hasta el lugar de la obra, pero la presencia de tantos patrulleros, el llanto en algunos de los compañeros de trabajo de Gustavo, ya daban la pista que el desenlace había sido fatal. Algo que el ingreso del vehículo de transporte patológico terminaría por confirmar. “Eran seis los compañeros que estaban junto a mi hermano en la cima del edificio. Ninguno de ellos estaba anclado a la soga de seguridad, porque el capataz de la obra decidió que esa soga la usarían para atar las chapas para subirlas y que no se vuele.
Ellos habían parado un rato antes, porque se largó un fuerte chaparrón, pero cuando comenzó a mermar la lluvia el jefe les dijo ‘bueno muchachos, todos arriba‘, y volvieron a subir. Unos pocos minutos después comenzó el viento y después, lo que ya todos sabemos que pasó. Estaban más preocupados por las chapas que por los trabajadores”, explicó Rocío, poniendo sobre la mesa un dato clave para los investigadores a la hora de buscar responsables.
La madre recibió en las últimas horas, una foto clave que demostraría la falta total de elementos de seguridad de los obreros y que incluso, sería una imagen previa al momento de la tragedia. No sólo la soga tensora para anclarse faltó; sino que tampoco estaba dispuesta la chapa de contención que habitualmente está en el piso inferior al que trabajan los obreros.
“Hoy fue mi hermano, mañana puede ser otra persona. Por qué los hicieron subir al último piso, justo un día de pésimo clima, para hacer este trabajo tan riesgoso. Ninguno de ellos era techistas, no estaban capacitados para lidiar con lo complejo de ese trabajo en altura, eran albañiles. Hay muchas preguntas sin respuestas para nosotros hoy”, indicó Rocío.
Adelantó que hoy, a las 11, se concentrarán en la escuela de Vías Navegables, para exigir que se haga justicia por la muerte de Gustavo Galván. “No queremos perjudicar a nadie, sólo queremos que se sepa la verdad, a los chicos no los cuidaron y mi hermano pagó con su vida”, concluyó Rocío.