Por una mala praxis durante una cirugía de codo, Gabriel sufrió una hipoxia isquémica que le provocó daño cerebral. Los médicos fueron denunciados pero siguen en funciones. Mientras tanto, la familia necesita 30 millones de pesos para el traslado a Cuba, donde el niño recibirá tratamiento neurológico.
Gabriel Lazo Quevedo tiene 3 años y vive junto a sus padres en Malargüe, provincia de Mendoza. Hace un tiempo, jugando, Gabriel se golpeó y se quebró el codo. Fue operado en un hospital privado de Godoy Cruz, donde le colocaron dos clavos y le indicaron 45 días de yeso hasta que se formara un callo.
Pero cuando le extrajeron los clavos del codo en el Centro Quirúrgico Palmares de la misma ciudad, el menor sufrió una hipoxia isquémica que le provocó daño cerebral.
«Iba a ser una intervención de 15 minutos, pero pasaron dos horas y los médicos no nos informaban nada», relató Soledad Lazo, mamá de Gabriel.
«Nos lo dejan ver recién siete horas después, en un estado calamitoso, y nos dicen que Gabriel no iba a ser el mismo», contó su papá, Alberto Quevedo.
Gabriel está en un estado vegetativo preexistente. «No sabemos si va a poder caminar, ver ni hablar», dijo Alberto.
Hoy está internado en una clínica privada de Buenos Aires.
Sus padres iniciaron una campaña para recaudar fondos que le permitan llevarlo a Cuba para un tratamiento neurológico. «Tenemos que darle la oportunidad que los médicos le negaron al pequeño: seguir siendo un niño feliz y sano», dice su tía.
Se necesitan 30 millones de pesos para el tratamiento en Cuba.
Mientras tanto, la familia denunció a los médicos por mala praxis, aunque siguen en funciones. «Los médicos que le ocasionaron esto a mi sobrino deben ser apartados de sus cargos. La Justicia de Mendoza debe actuar», reclama su tía.
Investiga la fiscal de Instrucción Andrea Lazo, de la Primera Circunscripción Judicial.
Datos bancarios para colaborar:
CBU 0720495588000035304186
Alias MORADO.TUNEL.LINEA