Este domingo dispararon contra la camioneta del Servicio Penitenciario de Santa Fe que lo trasladaba de un penal a otro. Está grave.
Uno de los episodios que marcó el juicio por el homicidio de Claudio Ariel «Pájaro» Cantero en Rosario fue la emboscada durante el traslado de tres acusados en una presunta venganza por la muerte del ex jefe de Los Monos. Cinco años después, el único imputado que no estuvo allí fue víctima de un ataque similar este domingo: lo balearon mientras volvía de una salida transitoria para ver a su familia.
Osvaldo Maximiliano «Popito» Zalazar (31) permanecía internado este lunes a la mañana en estado grave por múltiples heridas de arma de fuego.
En el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) también atendieron a uno de los cinco agentes del Servicio Penitenciario de Santa Fe a cargo del operativo. El custodio recibió un disparo en el abdomen y tuvo una evolución favorable tras la cirugía.
En 2017, «Popito» estuvo en el banquillo de acusados junto a otras tres personas durante el juicio oral por el asesinato del «Pájaro» Cantero. Fue el único condenado al final del proceso en el que absolvieron a Luis Orlando «Pollo» Bassi, Milton Damario y Facundo «Macaco» Muñoz.
Sin embargo, no lo declararon culpable por el crimen, sino por tenencia ilegal de armas que no fueron empleadas en el ataque contra el líder de Los Monos.
Un mes antes de la sentencia, el delincuente y su hermano mayor Claudio Antonio «Polo» Zalazar (36) acordaron otra pena de 12 años de prisión por otra muerte violenta ocurrida en Villa Gobernador Gálvez. Ambos aceptaron su responsabilidad como coautores del asesinato de Aldo Acosta (58), baleado el 19 de diciembre de 2014.
En el procedimiento abreviado se incluyó el intento de homicidio del hijo de la víctima fatal. La sentencia también se aplicó para ambos acusados por tres robos a mano armada de camiones y la privación ilegítima de la libertad de uno de los choferes abordados en la ciudad y la vecina localidad de Pueblo Esther.
El recluso fue detenido diez días después de la muerte de Acosta. El 21 de marzo de 2017, cuando el juicio por el crimen del «Pájaro» estaba por terminar, un grupo de delincuentes acribilló la camioneta del Servicio Penitenciario que llevaba a los imputados a la cárcel de Coronda, unos 120 kilómetros al norte de Rosario.
«Popito» nunca estuvo en peligro porque se alojaba en otro penal y no fue parte del operativo de traslado. Bassi y Damario resultaron ilesos en la autopista a Santa Fe, pero Muñoz sufrió lesiones graves y también hirieron a dos custodios.
Una semana después de esa emboscada, Zalazar sumó otra condena a 3 años y 3 meses de prisión. Tanto él como los demás sospechosos perdieron a distintos familiares en asesinatos bajo la sombra de un plan de venganza de Los Monos.
El 22 de marzo de 2019 mataron a su hermano Lucas (30), atacado a balazos en Villa Gobernador Gálvez, cerca del cruce del pasaje 6 y Rosario.
Este domingo a la tarde, el preso accedió a su tercera salida transitoria gracias a su «buena conducta» tras las rejas. El director del Servicio Penitenciario de la provincia, Gabriel Leegstra, precisó que la emboscada ocurrió cuando volvían hacia la cárcel, a unos 500 o 600 metros del domicilio del interno.
«Fueron atacados desde atrás con ráfagas», apuntó el funcionario. De acuerdo a los testimonios del personal, los agresores iban a bordo de un auto y abrieron fuego contra la camioneta hasta que la rebasaron para emprender la huida.
Sobre la parte izquierda del vehículo oficial quedaron marcas de una veintena de disparos. Los agentes penitenciarios decidieron ir en busca de ayuda a la Unidad 16, ubicada sobre el extremo oeste de Rosario. Mientras las dos personas heridas fueron trasladadas al HECA, la Policía montó un operativo en el que detuvo a tres sospechosos.
El operativo concluyó en la vecina ciudad de Pérez con el secuestro de un Ford Focus blanco sobre el cruce de Alem y Medrano. Adentro hallaron una pistola y una ametralladora, así como vainas servidas de proyectiles calibre 9 milímetros.
Ante la consulta de Radio 2, Leegstra comentó que los penitenciarios sólo atinaron a disparar al piso un par de veces. Así como subrayó que el ataque «fue muy rápido e imprevisto», comentó: «No tuvieron reacción, la única fue hacer un desvío con el vehículo y buscar la unidad más próxima para auxiliar a los heridos».
Luego concluyó que la medida del personal fue «correcta» y anticipó una revisión del protocolo de seguridad para los traslados.
Ariel Claudio «Pájaro» Cantero (29), líder de Los Monos, fue asesinado el 26 de mayo de 2013 frente a la puerta de un boliche. Su muerte desencadenó una seguidilla de venganzas y una ola de violencia que todavía no tiene freno.