Por qué los mercados temen una recesión global y cuál sería el impacto sobre la Argentina

El país salió de la recesión y se encamina a crecer al menos 5% este año, pero surgen amenazas por el avance de políticas proteccionistas.
La firme decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de poner trabas a las importaciones, a través de aranceles, para dinamizar la producción local, amaga con convertirse en un dolor de cabeza para los mercados y amenazar hasta la proyección de crecimiento que tiene la Argentina para este año.

A este complicado escenario se suman las dudas generadas por la intención del presidente Javier Milei de avanzar en algún momento en un tratado de libre comercio con Estados Unidos, algo que por ahora se ve poco probable.

Empresarios locales advierten que esa posibilidad es compleja porque requeriría la aprobación del Parlamento y cambios de fondo en el Mercosur, a los que en principio Brasil se opondría.

La Argentina tiene unos 20 acuerdos de libre comercio, de los cuales 13 son del Mercosur. 

En cambio, Chile tiene más de 700 acuerdos con países. 

Para los empresarios, es acertada la intención de avanzar en acuerdos de comercio para poder aumentar las exportaciones, pero los desafíos por delante parecen muy difíciles de sortear.

Las exportaciones de productos agroindustriales argentinos a Estados Unidos ronda los US$ 2.000 millones anuales y están muy diversificadas.

Muchos de los productos que se envían al norte de América desempeñan un rol clave en las economías regionales, como los cítricos, en especial el limón.

Entre las trabas que ve el empresariado argentino se encuentra la visión ideológica de Trump a favor de administrar el comercio a partir de las políticas arancelarias.

El temor a una recesión global se empieza a instalar entre los agentes económicos, por el impacto sobre las economías que tendría el menor ingreso de mercancías a la principal economía del mundo.

Además, la represalia de China hacia los envíos desde los Estados Unidos puede complicar aún más el panorama, según analistas.

Trump impuso altos aranceles al ingreso de productos desde México, Canadá y China, entre otros países, y también al aluminio y el acero argentinos.

A esto se suma la reciente decisión de subir aranceles a la importación de derivados del agro, como los cítricos que exporta la Argentina.

La guerra comercial puede complicar las perspectivas ya de por sí modestas sobre crecimiento económico que hicieron los organismos multilaterales para las distintas economías del mundo.

Trump aplicó un nuevo arancel del 25% a las compras de México y Canadá, sus principales socios comerciales, y aplicó otro impuesto adicional del 10% para importaciones desde China, su principal rival geopolítico. 

Canadá respondió con un plan para aplicar la misma tarifa a compras por hasta alrededor de 155.000 millones de dólares, México anunció que impondrá medidas en represalia al nuevo arancel, y China fijó aranceles adicionales de hasta el 15% a las importaciones de productos agrícolas de Estados Unidos.

Así, Trump volvió con ansias proteccionistas renovadas, que van a contramano de las políticas de apertura implementadas por la administración de Milei.

Mientras la Argentina busca avanzar en una mayor relación comercial con el mundo, Estados Unidos y China parecen ir en caminos inversos, lo cual puede desafiar aún más los planes de crecimiento que tiene el gobierno de Milei, según analistas.

En tantro, China anunció este martes que impondrá aranceles adicionales del 10 y el 15% a varias importaciones alimentarias de Estados Unidos, como la soja, el trigo o el pollo, en respuesta a las nuevas tarifas de Washington a sus productos.

También se aplicarán aranceles adicionales del 10% al sorgo, la soja, el cerdo, la ternera, los productos acuáticos, las frutas, las verduras y los lácteos.