Los precios de los principales cortes que se usan para hacer asado vienen subiendo en forma sistemática en los últimos tiempos.
Empieza diciembre y los asados de fin de año cotizan en alza, como en los mercados. Noviembre espabiló las pizarras de las carnicerías pese a la retracción del consumo, con aumentos del 12%, que llegaron al 30% según casos reportados por los comerciantes del ramo, y valores que superan los 10 mil pesos por kilo.
La situación es dispar, según se trate de carnicerías de CABA o mercados barriales del conurbano. En la Capital, afirman respecto al mes pasado los aumentos fueron de entre 5% y 10%, mientras que en en la Provincia, los precios de los cortes más demandados, como por ejemplo el asado, casi ni se movieron.
El asado puede conseguirse en oferta a partir de 6.500 pesos en el Mercado de Morón y 6.800 pesos en el Mercado Central, donde además los bonaerenses pueden acceder a descuentos a través de Cuenta DNI.
Según un relevamiento de Crónica, el precio de un kilo de asado con vistas a las Navidades oscila desde entre 10.400 y 11.800 pesos en las cadenas de carnicerías en CABA; a entre 8.000 y 9.200 pesos en los comercios barriales en CABA; 7.000 pesos en promedio en cadenas de supermercados; entre 6.500 y 7.500 pesos en el Mercado de Morón, y 6.800 pesos en el Mercado Central.
En octubre pasado, según el Ipcva, el precio promedio de la carne vacuna había sido de 7.878 pesos el kilo y el mes en curso cerrará con el asado por encima de los 10.000 pesos en algunas carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, mientras los consumidores temen que haya nuevos aumentos en la previa a las Fiestas.
Los típicos cortes parrilleros como vacío, entraña, colita de cuadril, matambre, ojo de bife, y las clásicas achuras (mollejas, chinchulines, riñones, chorizos y morcillas) se dispararon en las principales zonas urbanas, de modo que el kilo de un asado se lleva enterito los cuatro ceros del billete recién salido del horno monetario.
Retracción del consumo
No pocos consumidores se dieron media vuelta en la puerta misma de los locales, pero aún así los precios de las medias reses no reaccionaron a la baja, afirman que por una recomposición previa a las fiestas que decidieron los matarifes, o sea, «la oferta», tras tres meses de valores estancados.
Así, los mostradores de carnicerías y supermercados reflejaron esas subas entre el 10% y el 12%, que se hizo visible en cortes como la milanesa, que indicaron a $9000 el kilo; el asado, a $8000; el vacío, a $9500; el lomo, a $11.000, y el peceto, en $10.000.
Sin embargo, las carnicerías porteñas y las barriales del conurbano no se ponen de acuerdo y mucho tiene que ver la afluencia de clientes que se avienen a pagar hasta $11 mil por el kilo del insumo parrillero por excelencia.
En las periferias cobran hasta el 35% menos que los colegas metropolitanos.
Lo explicó el vicepresidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), Sergio Pedace, al asegurar que «la expectativa por las fiestas, la hacienda ajustada y las lluvias han contribuido a este aumento. Además veníamos con un precio atrasado, pero hay que ver si los consumidores convalidan estos nuevos valores», admitió.
Un tercio abajo de la inflación
En lo que va del año, los precios de la carne aumentaron un 33% al público frente a una inflación del 107% en idéntico período. Reflejó la caída del consumo por habitante de 46 y 48 kilos anuales, llegando a los valores más bajos en los últimos 28 años, de acuerdo con el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).
La Sociedad Rural Argentina también sostuvo que «el precio actual de la hacienda en pie se encuentra un 18% por debajo del promedio de los últimos quince años, en términos reales», en el informe elaborado hace algunos días.
“Entre diciembre de 2023 y octubre de 2024 el precio de la hacienda aumentó, en promedio, un 41%, y el de la carne al consumidor un 59%, mientras que el IPC registró un incremento del 107%. Este comportamiento se profundizó aún más en octubre, cuando los valores de la hacienda mostraron una evolución negativa: el novillo de consumo cayó un 0,6% y el ternero de cría un 5,6%”.
La justificación empresaria es que, con el reciente aumento, los precios de la hacienda gorda han alcanzado valores promedio de $2500 para vaquillonas y novillitos, mientras que los novillos grandes y pesados ya superan los $2600 por kilo y que, en este marco, este ajuste permite cubrir los mayores costos asumidos previamente.
Pese a la disparada en el precio de la carne, la inflación de alimentos de noviembre podría ser menor a la de octubre: la cuarta semana del mes concluyó con un leve incremento de 0,1%, con lo que la suba promedio mensual quedó en 2,2%.