Este será el primer presupuesto bajo la administración de Javier Milei y se espera que incorpore una regla fiscal estricta.
El ministro de Economía, Luis Caputo, se encuentra ultimando los detalles del Presupuesto 2025, clave para definir la política fiscal y económica del próximo año. Entre las proyecciones oficiales para el cierre de 2024, el Ejecutivo estima una inflación del 139% y un tipo de cambio oficial de $1.016 por dólar para el mes de diciembre.
Este será el primer presupuesto bajo la administración de Javier Milei, y se espera que incorpore una regla fiscal estricta que busque mantener el equilibrio financiero, evitando la acumulación de nueva deuda y reduciendo el riesgo país.
El Presupuesto 2025 no solo será un instrumento para delinear la política fiscal del próximo año, sino también una herramienta crucial para enviar señales al mercado sobre la dirección económica del país.
La previsión de una inflación del 139% para este año se enmarca en un contexto donde la inflación de julio superó el 4% mensual y la acumulada en los primeros 7 meses del año fue del 87%. Mientras en los 12 meses de 2023 se observo una inflación de 211,4% lo que deja un panorama expectante.
Por otro lado, la proyección de un dólar a $1016 para diciembre refleja un ajuste significativo en el tipo de cambio oficial, alineado con una estrategia de devaluación gradual que el gobierno ha mantenido en los últimos meses.
El equipo económico anticipa que el dólar continuará depreciándose a un ritmo mensual del 2% (crawling peg), lo que sugiere que la volatilidad cambiaria se mantendrá como un factor crítico en la economía.
El Presupuesto 2025 tiene un objetivo clave: déficit cero
El presidente Milei ha subrayado que el Presupuesto 2025 se centrará en una política de «déficit cero», un enfoque que busca que el superávit primario sea suficiente para cubrir los intereses de la deuda y evitar así la necesidad de incurrir en nuevo endeudamiento.
A su vez, contempla la implementación de techos de gasto para cada ministerio, con el objetivo de mantener un control estricto sobre el gasto público. Esto va de la mano con las primeras proyecciones en las que el gobierno espera que para el 2025 aumente un 54,4% la recaudación de impuestos respecto al 2024.
Todo ello con una presión tributaria que disminuirá levemente, al pasar del 21,61% al 21,16% del PBI. Sin embargo, uno de los desafíos fiscales más significativos será la eliminación del Impuesto PAIS, una fuente importante de ingresos para el Tesoro.
Aunque el gobierno está explorando alternativas para reemplazar esta recaudación, la eliminación de este impuesto plantea interrogantes sobre cómo se compensarán los ingresos perdidos sin comprometer el objetivo de equilibrio fiscal.
La implementación de una regla fiscal estricta y la eliminación del Impuesto PAIS serán dos de los aspectos más observados, ya que ambos elementos son fundamentales para mantener la estabilidad financiera y evitar un aumento en el riesgo país.
Además, el gobierno deberá enfrentarse a la incertidumbre en torno a la eliminación del cepo cambiario, un tema que, aunque ha sido abordado directamente en el presupuesto, será crucial para la implementación del plan económico en su conjunto.