El sujeto estuvo casi una década eludiendo a la Policía provincial y a la Justicia. La víctima resaltó que su agresor tenía una forma particular de hablar y esto fue un detalle que lo terminó delatando.
Un sujeto que se mantuvo por casi una década prófugo tras violar a una niña de 10 años en el barrio San Marco, fue atrapado ayer por efectivos de la Policía Federal, cuando lo descubrieron trabajando de seguridad privada, dentro de las instalaciones del Hospital Pediátrico Juan Pablo II. Una de las características que la víctima recordaba cuando el sujeto la sometió era su forma particular de hablar; tartamudeaba. Con estos datos lograron identificarlo en el centro de salud, confirmaron ayer fuentes oficiales.
El procedimiento fue concretado este fin de semana por personal de la División Unidad Operativa de Investigaciones Especiales Corrientes, de la Policía Federal, luego de seguir una pista firme sobre un sujeto que contaba con un pesado antecedente de «abuso sexual y corrupción de menores» y que increíblemente, prestaba servicio como seguridad privada en el Hospital Pediátrico Juan Pablo II de Capital, para una empresa tercerizada.
Según la información de fuentes hospitalarias y a la que tuvo acceso diario época, se trata de un hombre de unos 30 años, de apellido Fernández. Nadie sabía de su pasado ya que no tenía antecedentes previos al ataque sexual y durante el operativo, los federales no levantaron muchas sospechas por la cantidad de gente que había en el nosocomio al momento de llevarse a cabo el procedimiento.
Siempre según indicaron testigos en la escena, los policías para poder identificar correctamente al sujeto, lo sacaron hacia afuera del nosocomio y una vez allí, procedieron a su arresto y leerle sus derechos. Estaba arrestado y ni siquiera lo vio venir.
El pedido de captura de Fernández, data de por lo menos 10 años atrás cuando el titular del Juzgado de Instrucción N°4, hoy a cargo del doctor Leandro Andrés Maciel, lo solicitó en el contexto de esa causa penal. La Policía provincial no logró ubicarlo, por lo que los federales tomaron la posta.
El hombre tenía una fisonomía cambiada a la que se tenía de él, tras el ataque sexual contra una niña de tan solo 10 años, en el barrio San Marcos de la capital correntina y la que tras el hecho, pudo aportar para la investigación un detalle que marcó la diferencia para el trabajo que llevaron a cabo los federales. El agresor sexual tenía una particular manera de hablar cuando sometió a la menor; ya que poseía serios problemas de tartamudez y esto, continúa en la actualidad.
El sujeto quedó detenido y puesto a disposición de la Justicia ordinaria.