Qué hay de cierto sobre una posible vuelta de Barros Schelotto a Boca en 2025

Mientras Diego Martínez transita el momento más complejo de un ciclo que irá «partido a partido», el clamor popular xeneize pide por Guillermo. Si se cumplen determinadas condiciones, no vería con malos ojos un regreso a Brandsen 805, pero hoy no estaría en los planes.

Después de la dolorosa derrota contra un River alternativo por 1-0 en La Bombonera, miles de hinchas de Boca salieron furiosos a esgrimir sus opiniones en las redes sociales. Aquellos que pidieron por la renuncia de Diego Martínez, que fue ratificado en el cargo por el Consejo de Fútbol y expresó que «tiene fuerzas» para revertir la situación, compartían un denominador común: muchos querían el regreso de Guillermo Barros Schelotto al corralito de Brandsen 805, algo que -hoy por hoy- parece complejo pensando en 2025, aunque no imposible.

El Mellizo viene de completar una experiencia non grata en la Selección de Paraguay. La prensa local lo liquidó por el andar de la Albirroja entre 2021 y 2023, cuando se quedó afuera del Mundial de Qatar 2022 luego de acumular tres victorias, siete empates y ocho derrotas en las Eliminatorias Sudamericanas. La campaña del ciclo de exdelantero fue aún peor: dejó un saldo de cuatro triunfos, misma cantidad de igualdades y nueve caídas.

Guillermo quedó señalado en el Xeneize por haber sido el entrenador que perdió en la histórica final de la Copa Libertadores frente al Millonario en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid. ¿Y por qué los fanáticos quieren su retorno? La explicación principal está relacionada con una cuestión netamente futbolística. Además de haber levantado dos torneos locales, aquel equipo fue el último que representó una idea más ofensiva y avasallante respecto de sus rivales, si se toman en cuenta los pergaminos mostrados en las etapas de Gustavo Alfaro, Miguel Russo, Sebastián Battaglia, Hugo Ibarra y Jorge Almirón. Es probable que en los primeros meses del ciclo del actual DT se haya visto algo similar, sobre todo en el mata-mata frente a la Banda en Córdoba por la Copa de la Liga, pero no logró sostenerlo en el tiempo.

Hay una cuestión que es necesario aclarar desde el inicio: el técnico de Boca seguirá siendo Diego Martínez hasta que la dirigencia o su CT decidan lo contrario. La reunión que mantuvieron en el arranque de la semana en el predio de Ezeiza entre algunos integrantes del Consejo de Fútbol, sin la presencia de Juan Román Riquelme, y el entrenador tuvo por objetivo conocer su estado de ánimo y brindar su apoyo. No obstante, también dejaron en claro que su etapa, a partir de ahora, será evaluada «partido a partido». El próximo compromiso se realizará este sábado de visitante ante Belgrano, por la fecha 16 de la Liga Profesional.

Por otra parte, Barros Schelotto no vería con malos ojos el hecho de tener una oportunidad de cara al calendario de 2025. Siempre quiso volver a Boca para conseguir revancha de la última imagen que dio en diciembre de 2018, luego de dos años en el puesto. Ahora bien, hay ciertas condiciones que deberían cumplirse para que el sueño se convierta en realidad. Y también dependerá del presidente del cuadro de la Ribera si acepta esos requerimientos.

Hasta ahora, aparecen dos obstáculos fundamentales en el camino. En primer lugar, la banca a Diego Martínez se mantiene y, en tanto no se tome una decisión contraria, todavía posee contrato con el club hasta diciembre de 2025. Y, en segundo lugar, no se ha confeccionado una lista de posibles reemplazantes porque aún no están pensando en el tema.

Un detalle que favorecería al Mellizo en la carrera, a diferencia de que lo pasó con Martín Palermo, es que no eligió bando político públicamente durante las últimas elecciones presidenciales, más allá de que Andrés Ibarra, candidato opositor del macrismo, había declarado que le hubiese encantado sumarlo como mánager en caso de ganar. Si bien en el corto plazo no habría demasiados cambios, es una incertidumbre lo que sucederá con el puesto en un futuro lejano y los hinchas xeneize se mantienen expectantes a la chance del retorno del ídolo.