¿Qué significado tiene la audiencia pública?

Más allá de que una audiencia pública en la República Argentina está regida por una normativa específica (Decreto 1.172/2003) debemos reconocer que no es una práctica a la que estemos habituados, y hete aquí, el gran valor de la misma.

Primeramente y en el caso que nos ocupa representa la participación real, práctica, concreta de todo aquel que tenga la intención de expresar su opinión, propuesta o inclusive reclamo, y esto es lo que sucedió en el salón de Convenciones del Casino Gala el 23 y 24 de mayo próximo pasado.

En mi visión de persona con discapacidad motriz e integrante y colaborador en el Instituto Provincial para la Inclusión de Personas con Discapacidad dirigido por el Lic. Isidro Lorenzo, es un hecho histórico, inédito y nos hizo sentir que se hacía realidad el lema “NADA SOBRE NOSOTROS SIN NOSOTROS”.

Personas con discapacidad, madres, padres, directores de escuelas, maestros, dirigentes de Organizaciones Civiles, Legisladores, autoridades municipales y de cada uno de los poderes del Estado… dijeron lo suyo, lo que tenían para aportar o reclamar, todo en un marco de respeto y dignidad para destacar con todas las luces.

La coordinación del IPRODICH, sencillamente impecable, todxs cumplieron su rol de una manera a la que ya nos tienen acostumbrados.

El pedido o propuesta expresado de manera mayoritaria es “QUE LA LEY SE CUMPLA” la que está vigente o la que viene, pero… QUE SE CUMPLA. Sin dudas que no es un desafío simple, por el simple hecho de que las barreras más importantes a las que nos enfrentamos son de tipo actitudinal, social y cultural.  Sabemos que ninguna cultura se transforma con una sensibilización o capacitación, es un trabajo que requiere de perseverancia y compromiso.

También se pidió que se aplique el régimen sancionatorio que ya existe, aunque en lo personal es algo que no me entusiasma, comparo ello con el Código Penal Argentino que tiene frondoso desarrollo con la graduación de los castigos y sin embargo, las cárceles están llenas, se también que no es tan simple este análisis.

Aspiro y muchas personas aspiramos, a que el cambio sea hacia una conciencia real y profunda de que necesitamos crecer cualitativamente como seres humanos, aceptando la única categoría real y unificadora de “persona humana”, en esta casilla estamos todos y todas, todo otro encasillamiento lleva consigo una cultura que arrastra prejuicios de todo tipo, basadas en creencias y paradigmas que generaron por siglos mucho dolor y sufrimiento en amplios sectores de la sociedad.

“La Convención Internacional para los derechos de las Personas con Discapacidad” en nuestro país con rango constitucional (Ley 23678 / 2014) nos invita, pero también nos interpela, a una sociedad más justa con lugar y accesibilidad para “todos”.

Al fin y al cabo “todxs” o la “mayoría” deberá transitar la edad de “adulto mayor” y con ello, todo lo que trae acarreado el desgaste de los años y la vida, sin pensar algo que también es probable en el caminar por la vida como enfermedades o hechos inesperados y accidentales que nos sorprenden y dan un giro al modo de vivir la vida.

Una ciudad accesible e inclusiva, es una ciudad más “justa” y cuyos beneficiarios y beneficiarias somos todxs, incluidos aquellos que no creen que la necesiten…

La intersectorialidad, interculturalidad y la perspectiva de género de esta Nueva Ley, propone un país con mayor humanidad, más justo, más equitativo y con respeto absoluto a las diversidades humanas.

“Será Ley”.

*Persona con discapacidad motriz, profesor y vocal en representación de las personas con discapacidad 2015-2019, I.PRO.DI.CH.