El juvenil delantero Sabalero de 19 años sufrió mucho la pandemia de coronavirus y atravesó varios dramas familiares, pero se sobrepuso gracias a la contención de los amigos y su representante, Martín Sendoa.
Colón confía en su «joya» para la conquista de un nuevo título. Facundo Hernán Farías tiene una gran oportunidad de cerrar un año que para el Sabalero -y especialmente para él- será recordado por siempre. Aún conserva el ingrato recuerdo de aquella confusión, por ese análisis PCR incorrecto que lo dejó afuera de la final frente a Racing en San Juan, cuando el conjunto santafesino logró su primera estrella tras golear 3-0. Dijeron que el test que le correspondía dio positivo cuando pertenecía a otro futbolista del club, del mismo nombre y apellido pero que juega en la reserva y que iba a ser intervenido quirúrgicamente.
Farías, que tiene como ídolo a Diego Maradona, es la mayor promesa surgida de las inferiores del club, y hoy está a la misma altura del reconocimiento que el simpatizante sabalero tiene con José Luis «Poroto» Saldaño o Edgardo «La Chiva» Di Meola, ambos en la historia y el corazón de los colonistas.
Muchos están pendientes de lo que antes de fin de año resuelva Farías sobre su futuro. El coqueteo con Boca, las miradas de muchos «busca-talentos» que llegaron en los últimos meses al país parecen orientar su salida, aunque su representante viene diciendo que Farías tendría que quedarse a jugar la Copa Libertadores con Colón. Nadie sabe qué está pensando, para él y para su familia, el propio Farías.
Facundo nació hace 19 años (28 de agosto de 2002) en el barrio Los Hornos de esta capital. Sus primeros pasos los dio en el entonces club Corinthians (ya disuelto) de la Liga Santafesina de Fútbol, desde donde estuvo a punto de irse a Unión. Pero el afecto creciente por la «sangre y luto» del barrio Centenario pudo más que las sugerencias de varios compañeros y entrenadores, y llegó a Colón.
El 2 de noviembre de 2019, con 17 años, tras ser el goleador de la reserva, Pablo Lavallén le dio la oportunidad de debutar en primera división. Fue con una derrota como local ante Atlético Tucumán 2 a 0. Ese día entró en el banco de suplentes y jugó el segundo tiempo. Tres meses después, en febrero de 2020, firmó su primer contrato profesional.
El drama familiar
Pero los siguientes no serían buenos momentos en la vida del goleador. Se declaró la pandemia y el coronavirus se llevó a su padre y a su abuela, con quienes él y su hermanita de 12 se habían criado. La mamá murió de cáncer cuando Facundo tenía 13 años. Esos hechos lo marcaron a fuego, como suele suceder a esa edad.
Con tan solo 19 años, Farías quedó huérfano, con muchas preguntas que no encontraban respuestas y debió cuidar de su hermana menor. Ella es su motor, por ella se entrena y corre a su encuentro. Está en todos los detalles y se apena cuando debe viajar a jugar lejos de Santa Fe. Ni siquiera la convocatoria a la selección Argentina Sub 20 le pudo cambiar el ánimo.
Farías se aferró a Colón y comenzó a aparecer cada vez más seguido en su vida la figura paternal de Martín Sendoa, su representante. Hoy, Sendoa es su tutor legal por pedido del propio Facundo. «¿Querés ser mi papá?» fue el pedido de Farías a su representante, en un reclamo por los afectos que ya no están a su lado y en reconocimiento a la contención de su amigo en los momentos difíciles
«Cuando le pregunté ‘por qué’ me dijo: ‘Yo te necesito, hay cosas que no entiendo y quiero que estés conmigo’. Eso me hizo llorar. Mirá que soy un tipo fuerte, pero el pedido de Facu me movió el piso. Me puse a llorar de la emoción porque siempre lo traté como a un hijo. Él tiene una historia de vida difícil, con muchos golpes para una persona tan joven.
Desde entonces, Martín cumple acabadamente ese rol: lo cuida y lo acompaña como si fuera su hijo. Y los hijos de éste quieren a Facundo como un hermano. De hecho, cada vez que se encuentran pasan el momento como si fueran una gran familia; y el jugador hace de hermano mayor de los pequeños.
Facundo Farías tiene contrato con Colón hasta 2023 pero hay una cláusula de rescisión de 10 millones de dólares. «Cuando se habla de la cláusula, siento que no estoy ganando acorde a esa cifra, entonces le pido a mi representante que me ayude», fue la queja que repitió en las últimas semanas cuando arreciaban las versiones sobre el interés de Boca por sumarlo a sus filas el año próximo. Él mismo recuerda la foto que le pidió Juan Ramón Riquelme. «No sé cómo tomarlo. Es un orgullo que se fijen en mí. Pero no estoy enfocado en eso. Lo dejo de lado y solo pienso en Colón», sostuvo después de los comentarios en las redes sociales sobre ese registro fotográfico.
Este sábado, Facundo Farías -como todo Colón- tiene una gran oportunidad de comenzar a concretar sus sueños. Los sabaleros confían en su «joya». Una vez más.