Carlos Lima, de 52 años, asesinó a balazos este sábado a su capitán, de 39, y al primer oficial del buque tanque «Ayane» de bandera de Malta, de 48, en el Río de La Plata, a la altura del partido bonaerense de Ensenada. Conocé sus antecedentes penales.
Tiene 52 años y sus compañeros lo conocen como «El Loco». El marinero Carlos Lima, de 52 años, asesinó a balazos este sábado a su capitán, Alejandro Daniel García (39); y al primer oficial del buque tanque «Ayane» de bandera de Malta, Juan Alfonso Pegasano (48); en el Río de La Plata y a la altura del partido bonaerense de Ensenada.
El doble crimen fue cometido en la madrugada y, esta tarde, el imputado permanecía detenido. Se puso sólo en la mira de la Justicia, debido a que confesó los homicidios ante la Prefectura Naval Argentina (PNA) por radio y desde la embarcación.
El brutal episodio sucedió frente a las costas de la localidad de Punta Lara, donde el buque tanque, utilizado para transportar hidrocarburos, continuaba fondeado.
«Tenemos dos tripulantes muertos a manos de otro tripulante, con arma de fuego. Necesitamos asistencia urgente», alertó Lima por radio esta madrugada a la Prefectura de Ensenada, según un audio.
Y, cuando su interlocutor le pidió más precisiones, confesó: “El capitán y el primer oficial están muertos; los maté yo y me voy a entregar. Así que quiero que venga un guardacosta y me arreste, ya está. Tan sencillo como eso”.
El acusado cumplía tareas como tercer oficial a bordo del «Ayane» y se recibió a fines de 1991 en la Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano, pero también estudió para convertirse en oficial de Policía.
Comenzó a trabajar en embarcaciones como marinero y, en paralelo, en la Policía Bonaerense, donde fue cesanteado y, en 2011, condenado por tirotear a un vecino de la localidad platense de City Bell, pero obtuvo rápidamente una libertad condicional.
El hecho por el que estuvo ante la Justicia ocurrió el 2 de junio de 2008, en el cruce de 134 y 472. Cera de las 22.30, Lima rompía a mazazos el pavimento de la calle para evitar que se acumulara el agua del desagote de su lavarropas y, al advertir lo que estaba pasando un vecino, fue a pedirle explicaciones.
Tras mantener una acalorada discusión, el por entonces policía extrajo una pistola 9 milímetros y efectuó seis disparos contra su víctima, quien cayó al piso gravemente herido. De acuerdo a los primeros peritajes, Lima abrió fuego a menos de un metro y medio de distancia y los testigos aseguraron que fue «como si lo ejecutara».
El vecino recibió un balazo en la pierna izquierda, dos en la columna, uno en el abdomen que le afectó el intestino y dos en el brazo izquierdo, por lo que fue trasladado al hospital San Roque de la localidad platense de Gonnet, donde los médicos lo operaron de urgencia.
El agresor, en tanto, se atrincheró en su casa y también disparó contra sus colegas que concurrieron alertados por otros vecinos. Los efectivos pidieron apoyo al Grupo Halcón, se cerraron las calles y se convocó al fiscal en turno. Tras una hora de negociación con uno de los líderes de esa división especial, Lima finalmente se entregó.