Bruce Frederick Joseph Springsteen (Long Branch, Nueva Jersey, 23 de septiembre de 1949), más conocido como Bruce Springsteen, es un cantante, músico y compositor estadounidense. Springsteen comenzó su carrera musical a finales de la década de 1960 tocando con grupos como Steel Mill y Dr. Zoom & the Sonic Boom.
Ser un músico de éxito no es fácil. Como suele pasar en la vida, el dinero mueve el mundo y los grandes ejecutivos de las discográficas suelen tener más amor que los billetes que por la música. Esto era algo que irritaba sobremanera a Bruce Springsteen, un músico acostumbrado a cantar y a componer con el corazón, tal y como a él le salía. Cuando compuso «Dancing in the Dark», lo que realmente quiso reflejar fue lo difícil que era componer un «hit» de éxito y su hastío ante la presión de la gente, que le presionaba cada vez más.
La misma letra de la canción explica lo que el músico sentía. Le costaba sacar la letra de los temas, se sentía como un mercenario y, sin duda, estaba ansioso seguir su camino, si le dejaban en paz. La frase que marca el tema, que mejor refleja el tema del que hablamos es la que dice aquello de:
«They say you gotta stay hungry
Hay baby, I’m just about starving tonight»
A Springsteen se le pedía ambición, se le pedía que se convirtiera en una estrella, en un monstruo capaz de crear canciones para llenar estadios. Sin duda, se acabaría convirtiendo en uno, pero tendría que hacerlo bajo sus propios términos.
Los caprichos del destino quisieron que esta canción se convirtiera, justamente, en lo que le pedían: el mayor single de toda su carrera, alcanzando el número uno de las listas norteamericanas. Sin embargo, ¿cómo fue, exactamente la historia que hizo posible que la canción viera la luz?
Todo comenzó durante las sesiones de composición de ‘Born In The U.S.A.’, seguramente el disco más celebrado de la carrera del Boss. No cabe duda de que el bueno de Bruce tenía grandes temas preparados para el álbum, una verdadera ristra de himnos para la historia. Sin embargo, su mánager, Jon Landau, sentía que al disco le faltaba algo, un tema que lo terminara de levantar para convertirlo en una obra maestra. Nunca sabremos si alguien le presionó, si él mismo pensaba aquello o si, mirando al mercado, sintió que el disco que estaba cerca de salir no estaba a la altura. Lo que está claro que es que necesitaba que el músico le diera un último empujón.
Pero los músicos son como son, muy suyos, de carácter fuerte e ideas inamovibles. Landau sabía que la única manera de ponerle las pilas a Sprinsgteen era enfadarle. Así fue, ambos charlaron y el músico se enfadó. Después de la pelea, aquella misma noche, el Boss, enfurruñado, decidió escribir la canción. Sólo hacía falta presionar a Springsteen en los puntos adecuados para que saliera un tema perfecto, un himno colosal para la historia.
Por supuesto, si miramos la otra cara de la moneda, hay que reconocer que a Bruce no le había ido mal hasta entonces. Tras seis discos de éxito y con una gran reputación como músico como en directo, Springsteen tenía listas 70 canciones para su nuevo disco. Al final, fue una de las pocas que estaba sin terminar, este brutal «Dancing in the Dark», la que hizo las veces de vanguardia del álbum, siendo presentada como el primer y único single anterior al lanzamiento del disco. El resto de temas, por otro lado, también triufaron. Las canciones sonaron en todas las radios posibles y la carrera del Boss despegó como nunca antes lo había hecho. Para colmo, pese a haber triunfado, se produjo un extraño fenómeno: sus fans más fieles le seguían queriendo. Este giro «comercial» no hizo daño a su imagen. No cabe duda de que, en parte, esto se debe a que, incluso en sus temas más exitosos, Springsteen nunca dejó de ser él mismo.