Ocurrió en Mendoza. La víctima fue hallada con las manos atadas y signos de abuso sexual. “Se evitó un femicidio”, resumieron los policías.
«La casilla del horror». Así definieron los investigadores al caso que mantuvo en alerta a la provincia de Mendoza durante el fin de semana, cuando se desplegó un intenso operativo policial para la búsqueda de una adolescente de 16 años que había sido secuestrada y que fue hallada con signos de abuso sexual en una pequeña casa rodante frente a su hogar. Hay dos detenidos.
El hecho sucedió en la localidad mendocina de Lavalle, donde la joven vive con sus padres y hermanos. Con ellos se encontraba el pasado jueves en el living de su casa cuando fue raptada por dos hombres durante la madrugada y nada más se supo de ella por las siguientes 48 horas.
Antes del suceso, la menor estaba mirando una película junto al resto de su familia. Cuando todos se fueron a dormir, cerca de la una de la mañana, ella quedó sola mirando la tele. Desde afuera, los atacantes la vigilaban. Y fue unos minutos después -informaron fuentes policiales- que tocaron la puerta de la casa y se la llevaron.
La situación fue alertada por su hermana más chica, quien horas más tarde se acercó a la cocina para buscar agua y notó que la puerta de la casa estaba abierta. Entonces, alertó a sus padres, quienes comenzaron a buscar a su hija por todo el hogar y no la encontraron.
La buscaron por el interior, pero también por afuera de la vivienda ubicada en un costado de la ruta 40, cuyo exterior está rodeado por una finca y un campo. No obstante, no había señales de la chica que, según detallaron, padece un retraso madurativo.
Fue entonces que se les ocurrió pedir ayuda y se acercaron al predio de en frente, donde una conocida empresa de construcción se encuentra trabajando en una doble vía Mendoza-San Juan. Allí hablaron con el sereno y el guardia de seguridad, quienes cuidan el lugar durante la noche, pero dijeron que no habían visto nada.
Pasado el mediodía del jueves, la familia se dirigió hasta la Comisaría 17° y radicaron la denuncia. En consecuencia, se dio inicio a un gran operativo policial en el que se realizaron rastrillajes con participación de los jefes policiales de la jurisdicción y la colaboración del Cuerpo de Canes y de la División VANT (Vehículos Aéreos No Tripulados), que recorrieron la zona con un dron dotado con cámara de visión nocturna.
La búsqueda siguió sin parar hasta las 3 de la mañana del viernes, cuando debieron frenar a causa de las condiciones climáticas, dado que la lluvia y la nieve dificultaron las tareas. No obstante, las autoridades dejaron a un grupo de agentes policiales en la vivienda de la víctima para alertar sobre cualquier novedad.
El rescate
Durante esas horas, los policías comenzaron a sospechar del sereno que se encontraba en la construcción del otro lado de la calle donde se encontraba una casa rodante. Por este motivo, el ayudante fiscal de turno decidió que lo trasladaran a la sede judicial para prestar declaración.
Mientras esto sucedía, los agentes presentes notaron un movimiento de las cortinas de dicha casilla. En consecuencia, miraron por la ventanilla y notaron la presencia de la joven en su interior, por lo que ingresaron a la fuerza.
Según detallaron, la víctima estaba recostada y tapada con unas sábanas, en estado de semiinconsciencia y con las manos atadas. «Se evitó un femicidio», dijo el policía sobre el rescate.
Antes de entrar en un estado de shock que obligó a derivarla rápidamente a un hospital, la adolescente llegó a avisar que la habían drogado. En este sentido, desde el Hospital Lagomaggiore donde finalmente fue atendida, señalaron la menor tenía signos de haber sufrido un abuso sexual.
Los detenidos
Tras recuperarse, la menor contó lo sucedido y señaló como los culpables a los dos hombres a cargo de la seguridad de la obra en construcción.
Según su relato, ella estaba mirando televisión en su casa cuando escuchó un ruido en el exterior y, al salir a verificar lo que sucedía, el sereno la agarró con un cuchillo y se la llevó por la fuerza hacia la casa rodante.
Los detenidos por el caso son Tomás Irala Cardozo (37) y César Rubén Ricarte (51), un sereno y un guardia de seguridad de una empresa privada.
El fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual Gustavo Stroppiana imputó al primero como autor del abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos o más personas y a su presunto cómplice por la misma calificación, pero en calidad de partícipe primario. Esto porque se cree que no tuvo una intervención directa en la violación.