Río de Janeiro está bajo una ola de calor extrema que podría romper récords de sensación térmica debido a una combinación de factores urbanos y climáticos. La alta presión y el calor amazónico contribuyen al aumento de temperaturas, afectando la salud de los ciudadanos mientras se espera que las condiciones persistan hasta marzo.
La intensa ola de calor que azota a Brasil ha puesto a la Región Metropolitana de Río de Janeiro en el centro de la atención climática, con temperaturas que podrían sobrepasar los límites soportables para el cuerpo humano.
Los meteorólogos han advertido que la sensación térmica podría alcanzar un récord de 62,7°C, superando el registro anterior de 62,3°C en Guaratiba el año pasado. Este fenómeno se atribuye a una combinación de factores que convierten a la ciudad en una «isla de calor urbana», exacerbada por el asfalto, las emisiones y la geografía local.
Factores que intensifican el calor en Río
Río de Janeiro se enfrenta a condiciones climáticas extremas debido a su geografía y urbanización. La ciudad, ubicada en terrenos bajos y rodeada de montañas, retiene el calor, lo que se agrava por las altas presiones atmosféricas que impiden la formación de nubes.
Este sistema de alta presión comprime y calienta el aire, intensificando el calor seco. Además, Río se encuentra al final de los «ríos voladores» del Amazonas, que llegan con calor latente y poca humedad, contribuyendo aún más a las altas temperaturas.
Impacto en la salud y expectativas climáticas
Las temperaturas diarias en la capital carioca superan los 36°C a la sombra, con una sensación térmica que puede exceder los 50°C.
Estas condiciones representan un riesgo para la salud, especialmente cuando las temperaturas alcanzan los 37°C con alta humedad, según el experto Fábio Gonçalves de la USP. A pesar de la crítica situación, no se espera lluvia en los próximos días para aliviar el calor.
El municipio de Río se mantiene en nivel de calor 3, anticipando que estas condiciones prevalecerán al menos hasta marzo.