El autor de 11 asesinatos lleva más de medio siglo tras las rejas, pero podría recuperar la libertad. Su abogado se propuso, además, revisar el expediente para determinar si corresponde realizarle una demanda al Estado.
Carlos Eduardo Robledo Puch pediría nuevamente su libertad en los próximos días por agotamiento de la pena a prisión perpetua, tal como lo plantearía su nuevo abogado.
Se trata del asesino serial que a principios de la década del 70 mató al menos a 11 víctimas fatales que fueron asesinadas por «El Ángel de la muerte» que asolaba en el norte del Gran Buenos Aires y Capital Federal.
Es que tras haber estado preso más de 50 años, su letrado, Jorge Alfonso, reveló que se reunirá esta semana con su defendido y que revisará el expediente para determinar si las pruebas fueron contundentes para condenarlo o si corresponde demandar al Estado.
«Es uno de los presos que, lamentablemente, pasa por una inacción del Estado, ya que lleva más de 50 años detenido. Es el momento en el que la Justicia tiene que otorgarle la libertad, más allá de que la sociedad pueda o no estar de acuerdo con eso», manifestó Alfonso en diálogo con el programa Tardes Policiales por XLFM Radio.
Asimismo, el defensor explicó que el «Ángel Negro» ya «cumplió la pena desde el punto de vista judicial» y sostuvo que «no hay ningún elemento desde el punto de vista legal que le pueda negar a él la libertad».
«Él fue condenado a prisión perpetua con reclusión por tiempo indeterminado, pero cualquier pena no puede superar los 50 años. Ya los superó y ahora compete que esté en libertad», precisó Alfonso.
Cabe recordar que Robledo Puch fue condenado a prisión perpetua en 1980 por cometer al menos 11 asesinatos entre 1971 y 1972, entre ellos se encuentran dos femicidios, aunque en aquel momento no existía esta figura penal en el Código.
«No voy a negar que él fue condenado. Pero uno va a arbitrar los medios porque acá hay un agotamiento de pena. Hay un gris con una reclusión indeterminada que tiene que finalizar porque el mismo Código Penal lo dice, y también lo dicen los tratados internacionales», agregó el letrado.
Por otra parte, Alfonso advirtió que, en caso de conseguir la libertad del homicida, procederá a evaluar la posibilidad de una demanda contra el Estado. «Vamos a tratar una acción de revisión. Voy a tener acceso a todo lo que ocurrió con el expediente para ver esta pena a la que fue condenado, porque, según sus dichos, todos son producto de indicios de sospechas y no hay una prueba directa que lo haya comprometido», explicó.
«Ya hay una familia de una iglesia con un cura de por medio que lo quiere recibir con lazos espirituales, psicológicos y materiales», afirmó el abogado en relación con el pedido de libertad. «Todo preso que cumplió una condena tiene derecho a estar en libertad, porque cumplió con la Justicia y la sociedad. Después, si la sociedad lo quiere recibir o no, no es mi asunto», agregó.
A su vez, el defensor del preso insistió en que su primer objetivo es que este «salga en libertad» y después procederá a «leer el expediente en profundidad y con seriedad para ver si se está frente a presunciones e indicios no determinantes por los cuales lo condenaron».
«Robledo Puch dijo claramente que quería morir en libertad y no en la cárcel. Es el único preso que estuvo tanto tiempo detenido. Yo asumo su defensa para que se garanticen sus derechos y las garantías procesales», concluyó Alfonso.