Rusia moviliza tropas de refuerzo en primer día de referendos de adhesión en 4 provincias de Ucrania

Rusia empezó su movilización de tropas adicionales para reforzar su ofensiva en Ucrania, después de que las autoridades anunciaran que miles de personas se habían presentado voluntariamente, y pese a que muchos rusos huyen del país para no verse obligados a combatir.

En imágenes difundidas en las redes sociales luego que el presidente Vladimir Putin ordenara anteayer la movilización de reservistas se podía ver a cientos de ciudadanos rusos respondiendo a convocatorias militares.

El llamado militar tiene lugar tras los duros reveses sufridos por fuerzas rusas en septiembre luego de la contraofensiva ucraniana en el noreste y el este del país, y con el primer día de votación en los referendos de anexión a Rusia en cuatro territorios ucranianos controlados por Moscú, incluidas las provincias ruosparlantes de la rica zona del Donbass.

El ejército ruso dijo que cerca de 10.000 personas se presentaron de manera voluntaria en las últimas 24 horas para ser movilizadas.

Desafiante, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó a los rusos a «protestar» contra la movilización o a «rendirse».

«55.000 soldados rusos han muerto en esta guerra en seis meses (…) ¿Quieren más? ¿No? Entonces, ¡protesten! ¡Luchen! ¡Huyan! O ríndanse», dijo en ruso en un mensaje en vídeo. «Son sus opciones de supervivencia», añadió, citado por la agencia de noticias AFP.

Anteayer en un discurso a la nación, Putin ordenó la movilización parcial de reservistas y dijo estar dispuesto a usar «todos los medios» de su arsenal frente a Occidente, a quien acusa de querer «destruir» a Rusia.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó ayer a la comunidad internacional a hacer rendir cuentas al mandatario ruso, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre los abusos en Ucrania.

«No podemos dejar al presidente Putin que se salga con la suya», declaró el jefe de la diplomacia estadounidense.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, rechazó las acusaciones y pidió que se castigue al gobierno de Kiev, apoyado por Occidente.

«Estados Unidos y sus aliados, con la connivencia de las organizaciones internacionales de derechos humanos, han estado cubriendo los crímenes del régimen de Kiev», respondió Lavrov.

La confrontación diplomática y la movilización de nuevas tropas coincide con los referendos que, desde hoy y hasta el martes próximo, llevarán a cabo cuatro regiones ucranianas bajo control total o parcial de Moscú para ser anexadas al territorio de Rusia.

Pese a los rechazos que originan en Occidente, las autoridades prorrusas instaladas en estos territorios reiteraron que los procesos iban a efectuarse.

«La votación empieza mañana y nada podrá impedirlo», señaló a la televisión rusa el jefe de la administración de ocupación de la región de Jerson, Vladimir Saldo.

La entidad electoral de los separatistas prorrusos de Donetsk informó que «por temas de seguridad», la consulta se organizaría casi puerta a puerta, «delante de las viviendas», durante cuatro días y los centros electorales sólo abrirían «el último día», el 27 de septiembre.

El expresidente ruso Dmitri Medvedev y actual número dos del Consejo de Seguridad del país repitió en Telegram que las regiones de Lugansk, Donetsk (este), Jerson y Zaporiyia (sur) «integrarán Rusia», y de inmediato afirmó que su país estaba preparado para efectuar un ataque nuclear contra Occidente si era necesario: los misiles «hipersónicos rusos son capaces de alcanzar sus objetivos en Europa y EEUU mucho más rápido» que las armas occidentales, dijo.

La doctrina militar rusa prevé la posibilidad de recurrir a ataques nucleares si los territorios considerados como rusos por Moscú son atacados, lo que podría ser el caso de las zonas anexadas.

En el terreno de combate, en tanto, los bombardeos persisten.

Nueve misiles cayeron sobre la ciudad de Zaporiyia, bajo control ucraniano, y según las autoridades locales alcanzaron un hotel y causaron al menos un muerto.

Los separatistas de Donetsk (este) acusaron a Kiev de haber bombardeado un mercado, donde murieron seis personas. La prensa local difundía imágenes de un colectivo calcinado y un cadáver en la carretera.

En otro orden, Rusia confirmó la llegada de 55 prisioneros de guerra intercambiados con Ucrania, en el mayor canje desde el inicio de la invasión.

Zelenski se congratuló de la liberación de 215 ucranianos, entre ellos jefes de la defensa de la acería de Azovstal de Mariupol (sureste), símbolo de la resistencia ucraniana y que Moscú califica de «neonazis».

Muchos de estos prisioneros fueron «brutalmente torturados» durante su cautiverio y «absolutamente todos necesitan una rehabilitación psicológica», dijeron funcionarios de Kiev.

Al respecto, la comisión de investigación de la ONU sobre Ucrania afirmó este viernes que «se cometieron crímenes de guerra» en el país desde la invasión rusa.