Argentina tomó una interesante ventaja sobre la República Checa de 2-0 en la serie al mejor de cinco puntos que animan en Buenos Aires, luego del triunfo de Diego Schwartzman sobre Tomas Machac por 2-6, 6-2 y 6-3.
El «Peque» Schwartzman, 14 en el ranking mundial de la ATP, rindió de menor a mayor ante Machac (131) y se impuso luego de dos horas y cuarto de juego, ante unas 2.000 personas que se acercaron a la cancha central Guillermo Vilas, en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.
De manera que el equipo capitaneado por Guillermo «Mago» Coria, en su debut en la función, quedó a un solo punto de ganar la eliminatoria para alcanzar el objetivo de clasificarse a las Finales de la Davis de fin de año, algo que no consigue desde 2019.
Argentina tendrá tres chances para ganar la serie este sábado, primero con el punto de dobles que jugarán desde las 11 los especialistas Horacio Zeballos (5) y Máximo González (24) frente a los checos Zdenek Kolar (141) y Vit Kopriva (168).
De no ganar el dobles, Argentina intentará obtener el punto que le falta con los singles restantes, de Schwartzman ante Lehecka y luego Báez frente a Machac, aunque estos nombres podrán ser cambiados hasta una hora antes del partido, algo que es usual cuando la serie está definida.
El «Peque» comenzó su partido demasiado atado, quizá absorbido por la responsabilidad de estirar la ventaja luego de la excelente presentación de Báez, y eso le costó perder el parcial, iniciado con un quiebre en contra rápido en el primer punto, así Machac tomó ventaja de 1-0 y luego estiró a 3-1.
El argentino conocía a su rival, de hecho le ganó el año pasado en la ronda inicial de los Juegos Olímpicos de Tokio, pero igual no pudo controlarlo y así cedió nuevamente su servicio para quedar abajo por 4-1.
El «Peque» no molestaba con su servicio y encima su mejor golpe, el revés cruzado, no le hacía daño a un tenista como Machac, que lucía una derecha pesada y un revés de esos que se ven solo de vez en cuando.
Con tres quiebres en contra y sensaciones parecidas a las que vivió en septiembre del año pasado, también en Buenos Aires y en la serie ante Bielorrusia, cuando perdió con el juvenil Daniil Ostapenkov, Schwartzman cedió el set por un amplio 6-2.
El checo estaba en pleno crecimiento, cuando comenzó 1-0 con otro quiebre el segundo parcial, y fue ahí que el público se percató del momento de Schwartzman y comenzó un aliento fervoroso que revirtió la eliminatoria.
«Ohh, vamos Peque vamos, ponga huevos que ganamos», alternado con el «Y pegue, Peque pegue» fortaleció anímicamente al argentino, que cambió su gesto adusto y de preocupación, además de variar su táctica, ya que jugó mas largo y devolvió mejor.
El público no solo alentaba al «Peque» sino que celebraba ruidosamente cada falla del checo, que acusó recibo, comenzó a fallar en forma reiterada, nervioso y dubitativo.
En ese ambiente, luego de seis juegos seguidos del checo sobrevinieron seis consecutivos de Schwartzman para llevarse el set por 6-2 con un quiebre de servicio y festejarlo con el puño cerrado y un grito fuerte, quizá para desahogarse y liberar la tensión acumulada.
Schwartzman era otro tenista en el tercer set, completamente distinto al que empezó el partido, con un tenis muy agresivo, devoluciones precisas y buenas elecciones al momento de subir a la red o bien sorprender con un drop.
No extrañó entonces que el argentino llegue a los nueve juegos consecutivos para adelantarse 3-0 al frente del partido que se encaminaba hacia su lado.
El checo dejó de errar y ganó su siguiente juego de saque, así cortó la racha negativa de games perdidos, y luego quebró al «Peque» para avisar que estaba en partido.
Entonces volvió a entrar en acción el público para cantar más fuerte que en toda la jornada y Schwartzman tomó impulso de nuevo para encarrilar la situación.
El «Peque» recuperó el quiebre (4-2), luego estiró a 5-2 jugando muy profundo y con buenos ángulos, hasta cerrar por 6-3 tras una pelota de Machac que quedó en la red.
«Estuve perdido en un momento, no me salía nada, pero escuché el aliento increíble de todo el estadio y pensé que no podía fallar. Realmente me dieron fuerzas para volver, meterme en el partido y poder ganarlo, fue increíble lo que se vivió», confesó el «Peque» en sus primeras palabras a la prensa, exultante tras el éxito que dejó al equipo muy cerca de la victoria.