El servicio interprovincial de remises (conocido popularmente como «Chaco-Corrientes) trata de seguir activo a pesar de que cada vez le quedan menos móviles en circulación. Hoy, son solo seis los coches que unen esta capital con Resistencia (y viceversa).

Quedan solo seis autos en circulación y en octubre podría reducirse aún más su flota. Desde 2023 piden que el Concejo Deliberante de Resistencia modifique una normativa que establece un límite de hasta cinco años de antigüedad para habilitar nuevas unidades
«Estamos muy complicados porque habilitamos los autos en la Municipalidad de Resistencia y sigue vigente ahí una ordenanza que exige que los coches tengan una antigüedad máxima de 5 años para poder sumarse a este servicio», describió a época Eduardo Torres, propietario de la única flota que queda operativa.
«Nosotros en 2023 logramos a una resolución firmada por Gustavo Martínez, quien en ese entonces era el intendente de la capital chaqueña, que nos permitió operar con coches de hasta diez años de antigüedad, pero era algo provisorio hasta que se modifique la ordenanza original, algo que hasta ahora no ocurrió», añadió el empresario.
Torres, junto a los choferes del servicio, presentó hace dos años un petitorio para que el límite de antigüedad para habilitar esos rodados sea de hasta 13 años. «Se hizo hasta una audiencia pública por nuestro pedido. Fuimos y expusimos ante los concejales los por qué de nuestra solicitud. Lamentablemente, hasta ahora no fue tratado y no sabemos en qué quedó ese proyecto», sumó.
«No queremos que muera este servicio, pero hoy tener un límite de antigüedad tan exigente impide que muchas personas interesadas en sumarse a la flota puedan habilitar su coche. Eso también hace que tengamos una oferta mucho más acotada, y con la economía actual es muy difícil poder renovar el modelo de un auto con tanta asiduidad», agregó el mencionado.
Hoy, ese servicio se brinda de 7 a 19 en sus paradas de Plácido Martínez 1018 en Corrientes y en Frodizi 416 en Resistencia. «En octubre puede quedar fuera de servicio otro coche, de ser así quedaríamos solo con cinco unidades, por eso insistimos para que el Concejo de Resistencia trate nuestra solicitud», recalcó Torres.
De igual modo, prosiguió: «Nuestra tarifa es la más competitiva. Hoy, cobramos $2 mil por cada asiento, o bien si el pasajero quiere ir solo puede pagar $8 mil. Un Uber para ir a Resistencia -o venir de allí hacia Corrientes- cuesta en promedio unos $10 mil o incluso más en horarios pico. En tanto que un remis común cobra hasta 14 mil pesos por ese trayecto».
Siguen girando, a pesar de todo
El servicio interprovincial de remises tiene ya 27 años de actividad (se originó en 1998) y en todo este tiempo enfrentó varias coyunturas adversas azuzadas por los reiterados vaivenes de la economía del país.
Hay que recordar que hasta antes del brote de COVID-19 (que se inició 20 de marzo de 2020), el parque automotor del servicio de remises interprovinciales totalizaba 36 unidades, identificadas siempre con el color blanco y franjas verdes y rojas, divididos en dos flotas. Tras el cimbronazo social y económico generado por la pandemia, solo quedó operativa una empresa que ahora tiene sólo seis móviles.
Sus principales clientes o usuarios son los estudiantes universitarios y las personas que trabajan en alguna de las dos capitales, mientras que viven en la otra.
En etapas de receso estival o invernal, los turistas que eligen vacacionar en esta parte del país u ocasionales bañistas dinamizan la actividad de este sector del transporte liviano.
Diario época