El adolescente de 17 años estaba prófugo desde el 26 de noviembre de 2021, cuando la Justicia ordenó su inmediata detención.
El adolescente de 17 años que estaba prófugo desde noviembre del año pasado tras golpear y dejar malherido a Arturo López, el empleado de un estacionamiento en el barrio porteño de Montserrat, se entregó en la madrugada de este viernes y quedó a disposición de la Justicia.
Se trata de un adolescente que tenía un pedido de captura nacional e internacional luego de golpear al playero de 66 años tras una discusión, quien se presentó de manera espontánea tras permanecer cinco meses prófugo en la División Enlace Institutos Alojamiento de Menores, en la calle Teniente Gral. Juan Domingo Perón 2048.
Días atrás el padre del adolescente había asegurado que no veía a su hijo ya que se encontraba oculto en Uruguay, y justificó al ataque al playero tras considerar que el hombre herido, y que permanece todavía internado, era «un sinvergüenza».
«No lo estoy viendo a mi hijo. Todo el mundo sabe que está en Uruguay», aseguró a Javier, padre de C.M.A., quien permanecía prófugo desde el 26 de noviembre último, cuando el fiscal Penal, Contravencional y de Faltas a cargo de la causa, Mauro Tereszko, solicitó su inmediata detención.
El papá del joven de 17 años explicó que su hijo no se había presentado ante la Justicia porque no tenían «garantías jurídicas» y apuntó contra la familia del playero quien todavía continúa internado «en estado delicado» en un centro de salud ubicado en el barrio porteño de Palermo.
«La familia de este tipo nos inició juicio en lo civil. Las hijas de esta persona me nombraron. En qué estoy imputado para que me nombren. Obviamente les interesa la plata», indicó Javier, quien dijo desempeñarse como changarín y que «no tenía ni un peso».
Además, el hombre dijo que López era un «sinvergüenza» que hostigaba a C.M.A.: «Mi hijo solamente respondió ante un hostigamiento. Él era un tipo grande que se dedicaba a molestar a criaturas. Ahora las criaturas tienen que estar pagando los platos rotos.»
Y agregó: «No era un viejito bueno como lo quieren hacer quedar. Era un reverendo hijo de re mil puta que metió a mi hijo en terrible quilombo y encima no se aguantaba ni un palmazo. Es un viejo de cartón».