Fernando Alves Ferreira se fugó del Penal III de Bariloche.
Fernando Alves Ferreira, el femicida brasileño que se autopercibió mujer sentenciado a prisión perpetua por el asesinato de Eduarda Santos de Almeida, se fugó del Penal III de San Carlos de Bariloche.
Según informaron distintos medios locales, el recluso, que vestía ropa oscura, gorra y zapatillas claras, saltó el cerco perimetral y escapó de la unidad carcelaria.
De acuerdo al relato de testigos, se subió a un auto azul, que huyó a toda velocidad del lugar, por lo que se cree que la evasión estaba planeada.
El Servicio Penitenciario y la Policía de Río Negro comenzaron un rastrillaje y alertaron a las distintas dependencias policiales, al tiempo que el operativo de búsqueda se desarrollaba en los alrededores.
En este sentido, el Ministerio Público Fiscal provincial aseguró que se inició una investigación preliminar, mientras que las autoridades aplicaban controles en las rutas y en los distintos puntos de acceso en la ciudad patagónica, con el objetivo de impedir que el interno de 30 años abandone la zona.
Por su parte, en la investigación interviene el fiscal Marcos Sosa Lukman y la fiscal adjunta Sofía Ocampo.
Intentar determinar si hubo negligencia interna debido a que no debía estar en el patio de la cárcel a esa hora, cerca de las 21.30.
Alves Ferreira pidió durante el juicio ser llamado Amanda porque pasó a autopercibirse mujer. La querella aseguró que se trató de una estrategia para evitar la condena por femicidio.
Además, había presentado una fotografía adulterada con inteligencia artificial, con la que mostró rasgos femeninos que no estaban al momento de ser capturado, horas después del crimen.
Eduarda Santos de Almeida fue asesinada de 9 disparos de arma en febrero de 2022 y su cuerpo fue encontrado por turistas en un sendero situado sobre la ruta nacional 77, en Circuito Chico, a 77 kilómetros del centro de Bariloche.
La víctima recibió distintos impactos de bala en la espalda y en las manos, al intentar defenderse.
El crimen y la sentencia
Los jueces, con las pruebas reunidas, comprobaron que Alves Ferreira condujo hasta el sendero de acceso al lago Escondido, a pocos kilómetros de donde residía. La víctima iba como acompañante.
La mujer, que quiso escapar, fue acribillada a balazos por el brasileño, quien efectuó disparos con una pistola Magnum calibre .357. Horas después, confesó el crimen.
El fiscal jefe Martín Lozada consideró que el acusado actuó con alevosía, ya que Santos Almeida no tuvo chances de defenderse.
Un jurado popular, que no incluyó el agravante de violencia de género, condenó a Alves Ferreira a la pena de prisión perpetua por los delitos de homicidio agravado por haber sido cometido mediante arma de fuego y alevosía y por la portación ilegal de arma de guerra de uso civil.