María Itatí y Ramón son tíos y tienen la tutela de una criatura de 5 años que les fue entregada por sufrir maltratos con su familia de origen. Desde hace un tiempo, los padres del menor emprendieron una suerte de vendetta contra los tutores, acosándolos verbal y físicamente de manera constante. Los tíos piden seguridad jurídica para ellos y su sobrino.
María Itatí y Ramón viven en Riachuelo junto a su sobrino, quien le fue entregado en 2020, luego de que fuera rescatado de su casa de origen, donde sufría todo tipo de maltratos de parte de sus padres biológicos.
«En 2020 a mí me llegó la policía preguntando si yo sabía de mi sobrino y su situación. Yo no tenía ni idea de su existencia. Me preguntaron por los padres y luego de una exposición en la comisaría, me preguntaron si yo me podía hacer cargo. Nosotros dijimos que sí. Tuvimos que ir a verlo al hospital, donde estaba internado con un grado de desnutrición y tenía heridas porque le habían pegado un palazo en la cabeza. Me quedé en el hospital con él hasta que le dieron el alta y me dieron la tutela, y lo traje a mi casa», contó María Itatí.
«Yo hasta ese momento no sabía bien que le pasaba al nene o cual era su situación. Me contacté con la madre y ella dijo que el que le había pegado era el marido de mi madre, que él le maltrataba al nene. Hasta ese momento no sabía si le iban a mandar al nene de nuevo con la madre o qué iba a pasar. Pero después me dieron la tutela y nosotros nos tuvimos que hacer cargo», agregó.
«Nos dieron la tutela por un año y teníamos que tener una audiencia pero eso nunca llegó. El nene hizo psicoterapia y contó ahí que la mamá, el papá, mi mamá, su marido e incluso mi padre, todos le pegaban y le hacían hacer cosas que no se debía. Fuimos al juzgado a mostrar esto y nos decían que eso no servía. Yo no entendía que pasaba, el nene hablaba y contaba cosas», contó compungida.
«Él cuando llegó con nosotros no hablaba, hasta que lo llevamos a que haga psicoterapia, empezó a hablar. Pero nunca llegó la audiencia, ni me vinieron a decir si iba a quedar un año más. Ahora ya hace un año y tres meses que está acá. Y los padres siguen como si nada, no los pusieron presos y ahora vienen acá los fines de semana a la casa de mi padre, que está a 200 metros, se ponen a tomar y nos gritan cosas, me dicen prostituta, que yo le saqué la criatura y otras cosas», detalló.
«No entiendo por qué me acosan, yo no pedí la criatura. Me buscaron por lo que le pasaba al nene», agregó.
«Encima la jueza que estaba a cargo se jubiló y nunca más se movieron los papeles. No supimos más nada. Me llegó un papel de que me dieron la perimetral para que no se acerque y de que me tenían que dar un botón antipánico. Pero no vinieron más, nunca me llegó. En enero fui a preguntar que pasó y qué va a pasar con el nene, pero no me responden nada. Mientras yo sufro acoso», cerró María Itatí.