Gastón Tallone sigue sin aparecer desde principios de julio. Su familia pagó cerca de 65 mil dólares, pero jamás fue liberado por sus captores. Hay tres imputados, uno de ellos de alto perfil en redes y otro con un oscuro prontuario por narcotráfico.
El empresario entrerriano Gastón Tallone, de 51 años, fue secuestrado a principios de julio en Buenos Aires y, aunque su familia pagó un rescate en dólares, su paradero sigue siendo un misterio. A más de un mes del hecho, el caso está lejos de resolverse y ya hay tres personas imputadas.
Entre las personas investigadas hay un abogado que se hizo viral en plena pandemia. Se trata de José Uriburu, un letrado de 40 años que ganó notoriedad en redes sociales durante el confinamiento al correr 42 kilómetros en el balcón de su departamento. Pero está investigado por presuntos vínculos con la banda narco Los Monos.
José Uriburu, el abogado detenido por el secuestro del empresario Gastón Tallone. (Foto: Clarín)
El abogado aparece en un video exigiéndole una deuda de 500 mil dólares a Tallone y, para la Justicia, es quien habría hecho el llamado extorsivo a su familia. También es el dueño de la quinta de Benavídez donde lo habrían mantenido cautivo.
Hoy, Uriburu está bajo la lupa, acusado de ser uno de los responsables de la desaparición de Tallone, junto a Gustavo Juliá, un hombre con un oscuro pasado vinculado al narcotráfico. Es hijo de un ex jefe de la Armada y estuvo preso durante 13 años por el sonado caso del “Narcojet”, por el tráfico de cocaína a España.
También acusaron a Juan Carlos Miró, un hombre con fuertes vínculos y negocios con Tallone. La investigación apunta a que habría actuado como “entregador”, y que también participó en el cobro del rescate.
Tanto Uriburu como Miró ya están detenidos con prisión preventiva por otra causa de narcotráfico, a la espera de un cupo en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal (SPF), mientras que sobre Juliá pesa una orden de captura internacional.
El juez federal de Concepción del Uruguay, Pablo Seró, los procesó como coautores de los delitos de secuestro, extorsión y cobro de rescate. La resolución incluye un embargo millonario sobre sus bienes, una medida que responde al pedido de la fiscal Josefina Minatta y de la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada. No descartan la participación de más personas.
Secuestro, pago del rescate y desaparición: el plan macabro para “desaparecer” al empresario
Según la acusación, el 8 de julio pasado, Tallone fue engañado por Juan Carlos Miró, quien lo citó cerca de un hotel en la zona del Abasto, en Buenos Aires. Lo que parecía ser una reunión para resolver un conflicto relacionado con un depósito fiscal en el puerto de Concepción del Uruguay, terminó en una pesadilla.
Al llegar al lugar, el empresario se encontró con Miró y juntos abordaron un automóvil Volkswagen Gol y se dirigieron hasta un domicilio ubicado en la localidad bonaerense de Benavídez, donde llegaron alrededor de las 15. Detrás iba una camioneta Audi Q3 conducida por el abogado Uriburu.
Según la investigación, durante su cautiverio fue golpeado e interrogado por sus captores, quienes le exigieron una suma en dólares. Esa misma noche, Tallone llamó a Matías Miguez, su mano derecha, para que retire 65 mil dólares para pagar su rescate.
Más tarde, Miguez se reunió con Miró en Cabildo al 4700, en el barrio de Belgrano, y le dejó el dinero. A los pocos metros, Uriburu observaba todo. A pesar del pago, Tallone no fue liberado y los secuestradores continuaron con las llamadas extorsivas a sus familiares.
La Justicia empezó a investigar y todo se tornó más dramático al saber que el empresario, además, estaba siendo investigado en otra causa por lavado de dinero proveniente del narcotráfico en el Paraná.
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El abogado Uriburu, que ahora está en el centro de la escena, no es ajeno a esta causa. En mayo de este año, denunció públicamente haber pagado coimas en dólares a funcionarios del puerto de Concepción del Uruguay. Además, el entorno de Tallone ya había señalado un conflicto económico entre ambos relacionado con el manejo del puerto, lo que añade más sombras al caso.
La investigación del juez Seró detalla un plan meticulosamente orquestado por Uriburu y Juliá. Desde el engaño inicial hasta el traslado de Tallone a Benavídez, cada paso fue calculado para garantizar el éxito del secuestro.
Según el magistrado, Uriburu aportó la logística necesaria para el secuestro, incluyendo la quinta donde mantuvieron cautivo al empresario y el seguimiento de toda la operación desde su vehículo.
El juez también destacó la existencia de un fuerte conflicto entre Tallone y Uriburu, relacionado con la sustracción de drogas y una deuda de 800 mil dólares. Los testigos entrevistados por la Policía Federal señalaron que las disputas entre ambos se habían intensificado en los últimos meses, lo que habría motivado el secuestro.
Un misterio que persiste
A pesar de los avances en la investigación, el paradero de Gastón Tallone sigue siendo desconocido. La familia, mientras tanto, se aferra a la esperanza de encontrarlo con vida.
Lucio De la Rosa, su abogado, relató en una entrevista cómo el hijo de Tallone se dio cuenta de que algo no estaba bien cuando su padre no respondió a sus mensajes tras regresar de un viaje a Miami. La situación empeoró cuando empezaron a recibir mensajes extorsivos.
“Él se había ido a Miami y me dijo que si bien hace un tiempo no tenía contacto con su padre, le envió un mensaje de WhatsApp para avisarle que estaba regresando y después se dio cuenta de que no tenía las dos tildes de recepción de mensaje, le llamó la atención, pero no le dio relevancia. Al ver que no sabía de su paradero y que no podía comunicarse habló con su entorno y ahí se dio cuenta de que no lo podían encontrar por ninguna parte”, relató en diálogo con C5N.