Según la OCDE, la guerra podría elevar 2,5% la inflación y restar 1% al crecimiento en el mundo

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió hoy que la guerra entre Rusia y Ucrania podría «poner en duda» el fuerte rebote económico mundial tras la pandemia de coronavirus, produciendo más inflación y menor crecimiento.

De acuerdo con el informe del organismo con sede en París, se estima que el crecimiento global sea 1% menor al previsto originalmente (de 4,5%) como resultado del conflicto con una «profunda recesión en Rusia», mientras que la inflación, ya previamente elevada debido a los problemas mundiales de suministro, se elevaría en promedio un 2,5% en el mundo.

Además de pedir una «mayor solidaridad en los países de la Unión Europea» frente a la crisis de refugiados ucranianos, la OCDE alertó por la «fuerte suba» en los precios internacionales de los commodities.

«Rusia y Ucrania representan casi un tercio de las exportaciones mundiales de trigo y son importantes productores de fertilizantes y metales utilizados en la industria como el níquel y el paladio», explicó el organismo, en su primer reporte que atiende las consecuencias de la guerra.

Para la entidad, la suba en los precios de los alimentos podría causar un «aumento en el hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo”, mientras que el alza en los metales generaría inconvenientes sobre «un amplio rango de industrias, como la aeronáutica, automovilística y de chips».

El trigo, los fertilizantes, el níquel y el maíz aumentaron 88%, 77%, 63% y 42%, respectivamente desde enero hasta principios de esta semana, según datos recopilados por la OCDE.

Del mismo modo, el salto en los precios energéticos «impactará en los hogares y generará disrupciones en la producción de bienes y servicios en el mundo», debido, entre otros motivos, al hecho de que Rusia provee 16% del gas natural mundial y 11% del petróleo.

«La presión mundial en la oferta de commodities está exacerbando las disrupciones en las cadenas de suministro que provocó la pandemia, y posiblemente afecte a los consumidores y las empresas por un tiempo», afirmó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann al presentar el informe.

Frente a la situación, Cormann recomendó serenidad a los gobiernos en cuanto a cómo responder en términos de políticas y, respecto de la dependencia europea del gas y el petróleo rusos, pidió que las medidas para reducir la misma, si bien pueden tomar “unos años”, tienen que “comenzar ahora”.

«No sabemos aun cómo se desarrollará la guerra pero sabemos que va afectar la recuperación mundial y elevar la inflación. La política gubernamental posee un rol crucial para reestablecer algunas de las certidumbres que hemos perdido», sostuvo, por su parte, la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone.

Para hacer frente a la crisis, el organismo de 38 países recomendó «políticas monetarias que anclen las expectativas de inflación» y «medidas fiscales temporarias y focalizadas para amortiguar el impacto en los consumidores y empresas», las cuales, si están bien diseñadas, añadirían una presión menor a la inflación.

Por su parte indicó que, con la excepción «de las economías más afectadas», la «mayoría de los bancos centrales deberían continuar con sus planes previos».

Asimismo, subrayó la necesidad de realizar «transferencias monetarias temporarias dirigidas a los consumidores más vulnerables para mitigar la suba en los precios de la energía”.

Dichas medidas “pueden ser financiadas, en algunos países, a través del cobro de impuestos de las ganancias extraordinarias” generadas por la situación.

“Nuestra evaluación indica que la guerra ha recalcado la importancia de minimizar la dependencia de Rusia de sus importaciones, diversificar las fuentes de energía y acelerar la transición energética invirtiendo en renovables”, concluyó el reporte.