La formación de activos en el exterior surge de un proceso de dolarización, que se podría decir, es histórico en Argentina. De hecho durante los regímenes de acumulación financiera, que van desde los gobiernos de la dictadura (76), hasta el 2001 y en el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), por el tipo de modelo económico aplicado se dio una estrecha relación entre el endeudamiento y la fuga de capitales; estimulado en principio por la desregulación de la cuenta capital que produce la entrada y salida de capitales libremente.
En declaraciones en el El dedo en la Llaga por Radio Independencia 106.9, el economista marcó varios aspectos centrales que son prioritarios a la hora de comprender en qué consiste la propuesta del Frente de Todos para que la deuda de 45.500 millones de dólares que en su momento tomó la gestión de Mauricio Macri ante el Fondo Monetario Internacional, la paguen los argentinos que realizaron una fuga de capitales, y que tienen activos no declaradas en el exterior.
– ¿Qué significa la fuga de capitales?
La fuga de capitales implica, básicamente, sacar dólares del circuito «productivo» de la economía, esto puede suceder cuando una empresa multinacional vende algún producto o servicio y luego cambia sus ganancias de pesos a dólares y las fuga a su casa matriz, o también cuando una persona física (inversor o inversora) o persona jurídica (empresa) compra dólares para atesoramiento por fuera del sistema, lo que comúnmente se llama guardarlos «debajo del colchón», o cuando un turista argentino viaja al exterior, y realiza gastos en efectivo o con tarjeta de crédito, eso también implica una fuga de divisas. Además de estas, que se podrían decir que son legales, ya que implican presentaciones formales (declaraciones juradas, etcétera) existen otras formas ilegales como por ejemplo a través de las llamadas «cuevas», que son casas de cambio «no registradas» que suelen ofrecer el servicio de transferencias al exterior pero que están por fuera de toda regulación o control del Banco Central.
¿La llamada FAE (Formación de Activos Extranjeros) depende de las políticas económicas del gobierno de turno?
– Es así, y para dar un ejemplo, durante el gobierno de Macri la formación de activos en el exterior (FAE) de los residentes, llamada también fuga de capitales fue de 86.000 millones de dólares. Esto sucedió porque la política económica se basó en la desregulación de la cuenta capital, sumado a los bonos y letras que se ofrecieron y cuyas tasas permitían ganancias que superaban el 120%; esto hizo que muchas de las personas físicas o jurídicas que se dolarizaron entre el 2016 y 2017 (es decir cambiaron pesos por dólares) ganaran mucho dinero y se lo lleven al exterior.
Para graficar lo que fue la época de la «plata dulce y fugada» (dato brindado por la Directora del Banco Nación Julia Strada), en agosto de 2018, 1.3 millones de personas accedían al mercado libre de cambios, en ese mes solo el 3% de los compradores, es decir, 39.000 personas lo hacían por montos de más de 10.000 dólares, lo que implica que solo un puñado de personas accedían a grandes compras de dólares.
Ahora bien, esto deja en claro que los pequeños ahorristas, que compran 200 dólares no son los responsables de la falta de dólares; sino los grandes fugadores y que muchos de ellos realizan operaciones por fuera de los controles estatales, siendo además evasores.
¿Por qué la argentina o argentino prefiere ahorrar en dólares y no en pesos?
– Vos tenés distintas formas de canalizar tu dinero, podes invertir o ahorrar, en Argentina tenemos un problema estructural que aún no hemos podido modificar, y es que culturalmente nos han instalado que el dólar es el mejor ahorro, pero esto se debe a que las políticas que se llevaron adelante tienden a eso, nos hacen pensar que la devaluación es el único camino que hay o como están instalando actualmente ciertos sectores, entre ellos los libertarios, de que la dolarización de la economía es nuestra salvación, pero como su objetivo es desinformar solo cuentan una pequeña parte o la que les conviene, pero lo que no dicen es que siempre que se dolarizo nuestra economía terminamos en mayores niveles de desempleo, pobreza e indigencia, un ejemplo, es la convertibilidad cuya consecuencia fue la crisis del 2001.
Creo que hay que trabajar más fuertemente en generar confianza en nuestra economía, reducir las expectativas; y para eso falta un mercado de capitales y financiero que sea a medida de la gente, de la pyme, del pequeño y mediano productor, de la industria nacional y no de sectores concentrados o especulativos. Que se permita crecer a los de abajo y no solo a los de arriba.
¿Cuánto dinero ilegal, es decir, no declarado hay en el exterior?
– Según AFIP rondaría los 70.000 millones de dólares, es decir, si lo comparamos con el mega préstamo del FMI que fueron 45.500 millones de dólares, alcanzaría para pagarlo y todavía nos sobraría para importar maquinaria o algún otro insumo para la industria nacional.
¿De qué se trata el proyecto presentado por el bloque de senadores del Frente de Todos?
– Los proyectos que se están debatiendo actualmente son dos: el primero a través del cual se crea el Fondo Nacional para la Cancelación de la Deuda con el Fondo Monetario Internacional; y el segundo que modifica la Ley 21.526 de Entidades Financieras, para actualizar y modificar las excepciones en materia de secreto bancario, bursátil y fiscal; facilitando a los fiscales que estuvieran a cargo de la investigación de la causa no tener que esperar la autorización de un juez para acceder a esa información; ojalá sea el comienzo de varias modificaciones más.
Algunas cuestiones que me parecen claves del proyecto son: Los sujetos alcanzados son evasores, es decir, tienen bienes en el exterior que «no están declarados», en caso de que la ley de entidades financieras se modifique permitiría identificar a las personas físicas y jurídicas para que dicha información sea de público conocimiento. Según un informe de AFIP sobre el blanqueo de capitales que realizó Macri en el 2018, un 87% de las cuentas blanqueadas provenían de EEUU, Suiza, Islas Vírgenes y Uruguay, es decir, que la información está y se puede pedir informes a esos países.
Por otro lado aquellos evasores alcanzados por esta iniciativa deberán realizar un aporte del 20% de sus bienes no declarados, que deberá ser abonada en dólares; en el caso de que pasados los seis meses de la entrada en vigencia de dicha ley, recién se declaren, la alícuota subirá al 35% y además quienes no se allanen al pago de este aporte, podrían tener una pena en prisión.
¿En caso de aprobarse dicho proyecto, se lo podrá aplicar o dar cumplimiento?
– En Argentina nunca fue fácil luchar contra el poder económico, pero creo que la situación económica, y social así lo amerita; nuestro país necesita ese dinero para pagar al FMI. Hay que recordar que la mayoría de estas personas evasoras, viven y ocupan la infraestructura, rutas, instituciones públicas dentro del país, financiadas con el pago de impuestos de los demás ciudadanos y ciudadanas argentinas. Es un hecho de justicia redistributiva.
Además estamos hablando de sectores que evaden miles de millones de dólares, encontrando guaridas fiscales (paraísos) pero sobre todo evadiendo cualquier tipo de control regulatorio. De seguro tendremos a medios corporativos o a sectores del poder judicial protegiéndolos; pero como dije, esto es una cuestión de justicia redistributiva, lo que se fuga no queda en el país y por ende es una traba para que los sectores reales, como industrias, pymes, comercios, pequeños y medianos productores, trabajadores y trabajadoras puedan crecer. Me parece que si los organismos públicos funcionan, así como se cumplió con el Aporte extraordinario a las grandes fortunas, se podría cumplir con el objetivo de pagarle al FMI. Esa es la discusión detrás de la frase «que la paguen los que la fugaron»; o la pagan los evasores, que se beneficiaron con las políticas especulativas; o la paga el pueblo, que no pudo ver ni siquiera un dólar.
El premio Nobel de economía Paul Krugman, dijo «las democracias en el mundo tienen que comprometerse a perseguir los activos fugados», y creo que ese debe ser el camino.