El referente del Programa Provincial de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), VIH y Hepatitis Virales, Juan Carlos Quintana habla sobre los testeos para diagnosticar la enfermedad y lo que ocurrió durante la pandemia de coronavirus. La importancia de la ESI y de sostener las medidas preventivas para todas las enfermedades de transmisión sexual.
“La epidemia está lejos de terminar”, alertó el doctor Juan Carlos Quintana, referente del Programa Provincial de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), VIH y Hepatitis Virales, en el marco del Día Mundial de la lucha contra el SIDA, que se conmemora este 1 de diciembre.
En diálogo con Radio Provincia, el especialista reveló que el promedio en la provincia era de 90 a 110 casos nuevos de VIH anuales en los últimos seis años. “Cerramos 2019 con 143 nuevos diagnósticos y en 2020, con la situación de la pandemia de coronavirus y el sistema sanitario abocado a ella, se dejó de testear VIH, por lo que cerramos el año con 43 nuevos diagnósticos. Significa que es muy problemático porque la cantidad bajó en un contexto donde no se testeó”, trazó.
En esa línea, subrayó: “Todas esas personas que no se testearon, cuando lo hagan habrá pasado bastante tiempo y las encontraremos con diagnósticos y estadíos avanzados de la enfermedad”. Reveló así que hasta octubre de este año se habían realizado 100 diagnósticos nuevos, por eso alertó que “la epidemia está lejos de terminar”.
El slogan de este año, en el marco del Día Mundial de Lucha contra el SIDA es “Pon fin a las desigualdades. Pon fin al sida. Pon fin a las pandemias”.
“Estamos lejos todavía, porque seguimos creciendo en cantidad de diagnósticos y hay que abordar de otra manera e insistir fuertemente en la prevención y con otras estrategias que proponen la OPS y la OMS con el acceso al tratamiento y al diagnóstico”, indicó Quintana.
En otro punto, el especialista señaló que el VIH tiene preponderancia por la historia particular de la pandemia del virus en el mundo, desde principios de la década del ’80. “Al principio tuvo complicaciones graves y muertes, pero posteriormente con los tratamientos, desde mediados de los ’90, el panorama cambió mucho con respecto a la calidad de vida de las personas con VIH en tratamiento”, indicó.
“Si bien es una de las infecciones de transmisión sexual más importantes, es la que tiene menos fuerza de transmisión a través de la vía sexual. En cambio, otras como la sífilis son más transmisibles”, contrastó Quintana. Así dijo: “Si tuviéramos hoy que priorizar una de las infecciones de transmisión sexual, la más frecuente es la sífilis”, trazó respecto a ese grupo de enfermedades.
Luego, resaltó la importancia de los testeos de VIH para conocer “lo antes posible la situación serológica y no tener personas que llegan deterioradas al consultorio, porque significa que tienen hasta seis años de infectados, perdiendo una gran cantidad de tiempo”.
Hábitos de autocuidado y educación
“En general los hábitos de autocuidado son bastante difíciles de asimilar para las personas”, marcó, comparando lo ocurrido también durante la pandemia con respecto al uso del barbijo y medidas que la población no terminó de implementar adecuadamente. “Hay personas que se resisten a esas medidas por diferentes pensamientos o posturas. Lo mismo pasa con el preservativo, el único mecanismo de autocuidado y prevención de todas las infecciones de transmisión sexual, el más seguro y eficiente”, resaltó.
En cuanto al autocuidado, consideró que una de las principales estrategias a aplicar es “incursionar tempranamente en la educación de las personas, algo que tiene que ver con las escuelas primarias”. “Viendo hoy las estadísticas, cada vez hay más impacto en personas de 14 años hacia arriba”, marcó.
Subrayó en esa línea la importancia que tiene la Educación Sexual Integral (ESI), a la que definió como “una herramienta imprescindible” y que debe aplicarse en todos los niveles educativos. “Hay un déficit en los adultos en general en poder retransmitir las enseñanzas de autocuidado. Porque muchos tienen prejuicios, no saben o no han incorporado nunca esos hábitos”, señaló.
“Contra el preservativo existió y existe una contra-cultura de la no imposición de su uso. El impacto es que en los últimos 20 años seguimos teniendo crecimiento de la epidemia e impacto en poblaciones que antes se cuidaban más”, sostuvo Quintana.
Crecimiento en los casos de sífilis
Por otra parte, el especialista advirtió el crecimiento de los casos de sífilis en los últimos años, lo que marca una baja implementación de las medidas de autocuidado con el uso del preservativo. “Aumentó cuatro veces y media más en los últimos seis años. Impactan en personas más jóvenes, 15 a 24 años, cuando históricamente impactaban en personas de 25 a 34 años”, expuso.
“Eso nos dice que las personas no están utilizando preservativos y que no podemos seguir discutiendo la aplicación de instrumentos como la ESI, como ocurre en algunas instituciones y personas que la ponen en duda por prejuicios”, subrayó.