Se estima que una de cada cuatro personas padecerán obesidad en 2035.
La obesidad es una afección compleja que está influenciada por diversos factores, como la genética, el entorno, los hábitos alimentarios y el estilo de vida.
Se trata de una enfermedad pandémica que trae muchos problemas en los sistemas de salud. Si bien se la mal reconoce como una enfermedad física, es importante comprender que su impacto va mucho más allá de los aspectos físicos: la obesidad afecta tanto la salud mental como emocional de las personas.
En lugar de centrarnos únicamente en la pérdida de peso y mejorar la salud y prevenir enfermedades, «es crucial abordar la obesidad desde una perspectiva holística, aprendiendo a amigarnos con nuestra salud y nuestro cuerpo», indica la médica y coach Érica Andrea Arcani.
Los sentimientos de baja autoestima, vergüenza y ansiedad son comunes entre aquellos que enfrentan la obesidad. «Tenemos que ser francos y darnos cuenta que estigmatizamos al gordo, lo aislamos y lo marcamos de por vida. Más aun hablando de niños y adolescentes», señala la Dra. Arcani, egresada de la Universidad Austral.
Por eso, en lugar de obsesionarse con la pérdida de peso como único objetivo, es importante adoptar un enfoque más amplio del bienestar general: esto implica centrarse en hábitos saludables, como una alimentación balanceada y la práctica regular de actividad física. «El objetivo no debe ser alcanzar un número en la balanza, sino mejorar nuestra calidad de vida y promover una relación saludable con la comida y el ejercicio», subraya la especialista.
Para ello, es fundamental el amor propio y el autoconocimiento, pues «no podemos amar algo que no conocemos», agrega Arcani y explica que «aprender a amigarnos con nuestro cuerpo es esencial para nuestro bienestar. En lugar de centrarnos en los defectos percibidos, debemos celebrar las fortalezas y capacidades de nuestros cuerpos y evitar las comparaciones. Practicar la gratitud por todo lo que nuestro cuerpo puede hacer por nosotros nos ayuda a construir una relación más saludable y positiva con él».
La médica recomienda buscar apoyo y recursos adecuados: «esto puede incluir la consulta con profesionales de la salud, como nutricionistas y psicólogos, así como la participación en grupos de apoyo y comunidades en línea que compartan experiencias similares».
«Recordemos que todos somos únicos y merecemos amor y cuidado, independientemente de nuestra forma o tamaño corporal», concluye la especialista que da los talleres «Soy gorda ¿y qué?».