Martín Del Río, principal y único sospechoso de asesinar a sus padres, desde la cárcel elaboró un escrito en el que asegura su inocencia y afirma «luchar para saber que pasó».
«Me mataron a mis padres». Con esas palabras, Martín Del Río, el detenido acusado de ser el principal y único sospechoso de asesinar a sus padres, escribió una carta desde la cárcel en la que aseguró ser inocente.
“Hola, soy Martín del Río. Lo primero que quiero decir es que soy inocente. Me mataron a mis padres. Amé, amo y amaré toda mi vida a mis padres, Quique y Mecha. Fueron las personas que me criaron, me cuidaron siempre en las buenas y en las malas”, dice la misiva que escribió Del Río, el lunes en su calabozo en la DDI de San Isidro, donde pasa sus primeros días detenidos como único acusado de haber asesinado a balazos a sus padres, Enrique Del Río (74) y María Mercedes Alonso (72).
Los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería señalan al menor de los Del Río como el principal y único sospechoso, aunque aún deben determinar con qué arma se cometieron los crímenes (hay dos pistolas .9mm secuestradas) y definir detalles de la imputación. Tienen hasta 30 días hábiles para pedir la preventiva.
Por el momento, Del Río está acusado de «doble homicidio calificado por la alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causae» (matar para lograr la impunidad), delito que prevé la pena de prisión perpetua.
A través de la carta, que según sostienen los investigadores, tiene el objetivo de buscar el apoyo del resto de su familia, el acusado expresó el vínculo que lo unía a sus padres, y reiteró su «inocencia».
Qué dice la carta que escribió el parricida acusado del doble crimen
“Mi padre me enseñó lo mucho o lo poco que soy. Quique fue mi padre, mi amigo, mi maestro, y siempre tenía la palabra justa en el momento preciso. Ya sabíamos, por el tono de su voz, si algo pasaba”, agrega.
Y continúa: “Mecha, mi madre era su coequiper. Ella siempre atenta a todo. La familia siempre. Preocupada y atenta por si alguien necesitaba algo, súper amiga de sus amigas. Ella era mi mamá. Terminó el colegio y a los 17 arrancó a trabajar con mis padres”.
“Mi padre tenía varias empresas de seguridad y limpieza y algunos garajes en Capital. Yo arranco en el negocio de los garajes aprendiendo de él todo el tiempo. Trabajando con ellos nuestra relación creció a niveles únicos. Éramos súper compinches en todo. Sumé mucha experiencia de él y de mi madre. Siempre súper trabajadores. Únicos. La familia y el negocio eran lo más importante”, dice la carta.
A continuación, hace referencia a la relación que mantenía con sus padres, las víctimas.“Toda la vida lo único que hice fue hacerlos felices!!! Todo lo que pude hacer lo hice. Desde el cariño, el afecto, el disfrute, estar presente siempre. Dos momentos fueron cruciales para nuestras vidas: la enfermedad de mi madre y mi padre. Dos enfermedades neurológicas graves. En ambas con mi hermano peleamos y luchamos para poder superarlas y le ganamos a las dos. Fueron momentos duros de angustia y dolor”, expresa.
No obstante, hacia el final del escrito le dedica unas líneas a su esposa y a sus hijos. También a Diego, su hermano. «Desde los 19 años estoy de novio y casado con la persona más maravillosa del mundo, Cecilia», y luego afirma: «Los amo y ustedes sabe quién es su padre y cuánto amaba a sus abuelos”.
Cabe destacar que al momento de las testimoniales, los hermanos Martín y Diego tenían un mismo abogado particular, pero cuando Martín cayó, ese representante legal comunicó a la justicia su decisión de no defender al hermano menor de los Del Río. Por eso en la indagatoria fue representado por una defensora oficial: Liliana Cucurullo.
“Diego, hermano querido, solo decirte que te amo. En mi vida hubiese hecho una cosa así. Nunca. Viejos los amo y los voy a amar toda la vida. Gracias viejitos amados. Voy a luchar para saber qué les pasó. Soy inocente. Me mataron a mis padres”, cierra la carta.