Los streamers son el nuevo fenómeno mediático. Con producciones que van desde situaciones caseras como mostrarse mirando una película o con un videojuego, hasta propuestas desopilantes como el Mundial de Globo del célebre Ibai, millones de usuarios, en su mayoría jóvenes, se conectan a plataformas como Twitch, Booyah o YouTube para disfrutar de esta novedosa forma de entretenimiento.
Ahora bien, ¿por qué los jóvenes se sienten particularmente atraídos a este fenómeno? “Creo que lo que atrajo a la gente al streaming es la idea de realidad, que están viendo la vida en una especie de Gran Hermano de entretenedores”, resume Lucas “Luquita” Rodríguez, streamer argentino conocido por sus ocurrencias sobre el mundo del fútbol.
“El que transmite -agrega- podría ser uno de los que está mirando, pero justo le tocó ser el que está generando contenido. Es algo que en la televisión no sucede. Nadie mira la televisión y dice ‘yo podría ser Adrián Suar’”. Para Carolina “Carolo” Vásquez, creadora de la comunidad Pibas que juegan FIFA y conductora de DirectTV Sports Gaming, “las plataformas de streaming dan la oportunidad de autogestionarse” a diferencia de los medios tradicionales, donde “resulta muy difícil acceder”.
“El streaming para las mujeres creo que es como cualquier otro espacio. Sabemos que, capaz, para una mujer entrar a ciertos medios implica tener ciertas cualidades o requisitos. En una plataforma de streaming eso no pasa, es prender una cámara y ya está”, agrega, aunque también reconoce que en el streaming “hay un fuerte derecho de piso para las mujeres”. Sebastián Ceccanti es un “caster”, es decir un comentarista de deportes electrónicos, ESports, y suele relatar partidas de Counter Strike en las que están involucradas las mayores organizaciones de Argentina, como 9Z o River Plate Gaming. “Como periodista no necesito tener ningún contacto en particular, puedo hablar de lo que son los deportes electrónicos que no tienen espacio en los medios tradicionales. No vas a ver programas de radio que transmitan partidas de Counter Strike”, explica a Télam.
La autogestión y la espontaneidad son destacadas como rasgos distintivo del streaming por el investigador del Conicet Martín Becerra: “Hay una apariencia de mayor artesanado en el streaming, hay una lógica que si bien tiende a industrializarse cada vez más, tiene la frescura -por ahora- de lo espontáneo, de la posibilidad de hablar sin casete, que es esa solemnidad, ese acartonamiento, con el que buena parte de los públicos, sobre todo los de menor edad, observan que tienen la televisión”.
En ese sentido, Ceccanti plantea que “los pibes tienen otra forma de ver las cosas y de comunicar. Quizás una editorial con palabras interesantes no llama tanto la atención. Siento que esos formatos están pasando de moda. El streaming tiene una forma de comunicar más libre, sin necesidad de tener una producción controlándote”. Para Becerra, la aparición del streaming y su popularización han marcado “una transformación radical que impacta en la televisión, en sus ritmos productivos y en su forma de narrar historias con ciertas dosis de mayor frescura”. “Los productores y periodistas – asegura – se están replanteando todo”.
Para Luquita Rodríguez existe “un ida y vuelta” entre televisión y streaming porque, según cree, “los streamers reaccionamos a cosas de la televisión y ellos están desesperados por intentar agarrar ese público de alguna manera”. Vásquez coincide con esta postura y señala que “hay varios grupos mediáticos que quieren incursionar en el streaming para recuperar al público joven”.
“El tema es que justamente a la hora de trabajar estos espacios quieran sumar gente del palo, porque si no es la misma gente de siempre, que trabajó en los mismos medios de siempre, queriendo invertir en espacios que no conocen”, asegura. “¿Qué va a pasar en 10 años con la gente a la que hoy la televisión no interpela? ¿Van a mirar televisión o que no la vean es un rasgo que tendrán para siempre?”, es la pregunta que deja abierta Becerra.