Suecia: La primera ministra renunció a menos de ocho horas después de ser elegida

La dimisión terminó por concretarse luego del fracaso de su presupuesto y la retirada de sus aliados ecologistas del gobierno. “No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho», declaró Magdalena Andersson, dirigente socialdemócrata, tras lo cual añadió que esperaba ser reelegida en una próxima votación.

Menos de ocho horas después de su elección en el Parlamento, la nueva primera ministra sueca, Magdalena Andersson, renunció este miércoles tras el fracaso de su presupuesto y la retirada de sus aliados ecologistas del gobierno.

«Hay una práctica constitucional según la cual un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho», declaró la dirigente socialdemócrata, tras lo cual añadió que esperaba ser reelegida en una próxima votación.

Andersson se convirtió en la primera mujer elegida para el cargo de primera ministra en Suecia, tras lograr un acuerdo de última hora ayer con el Partido de Izquierda para subir las pensiones a cambio de su apoyo en la votación de este miércoles.

Pero el pequeño partido de centro retiró su apoyo al presupuesto de Andersson debido a las concesiones hechas a la izquierda, lo que resultó en insuficientes votos para aprobar el presupuesto en el Parlamento, consignó la agencia de noticias AFP.

Andersson, de 54 años, era hasta ahora ministra de Finanzas del gobierno del primer ministro saliente Stefan Löfven, que renunció en noviembre tras siete años en el cargo.

Había logrado 117 votos a favor, 57 abstenciones y 174 votos en contra en la votación en el Parlamento.

En Suecia, un Gobierno recibe el visto bueno si la mayoría de diputados (es decir 175) no vota en contra.

Esta economista y exnadadora, con reputación de ser una mujer fuerte y directa, había alcanzado anoche in extremis un acuerdo con el Partido de Izquierda, el último apoyo que le faltaba para dirigir el Gobierno.

Andersson fue nominada cuando falta menos de un año para las elecciones de septiembre de 2022, que se anuncian muy reñidas.

Su principal desafío concernía a que los socialdemócratas se mantengan en el poder en un momento en que su apoyo popular roza mínimos históricos, con un escaso 25% de respaldo.