El 19 de febrero de 2023, en medio de una fiesta clandestina, Jorge Cabero invitó a pelear a Leonel Irigoyen luego de una discusión entre las parejas de ambos. Minutos después, Cabero disparó tres veces contra Irigoyen. La Justicia comprobó que fue su novia quien, en medio de la gresca, le pidió usara el arma.
El hecho ocurrió en la localidad santacruceña de Pico Truncado. Luego del juicio, el tribunal a cargo de la investigación condenó a Cabero a 26 años de prisión y a Dahiana Gutiérrez, su novia, a 12 años por ser considerada partícipe secundaria.
El asesinato ocurrió frente a una casa de las calles Mosconi y Fructuoso Rivera, donde habitualmente se realizaban fiestas luego del horario de cierre de una discoteca local. El dueño de la casa reconoció que no contaba con la habilitación municipal correspondiente.
Aquella mañana, los disparos impactaron contra el brazo, la rodilla y el pecho de Irigoyen, que sufrió una herida que atravesó su pulmón y afectó su corazón, provocándole la muerte a los pocos minutos
Cabero y Gutiérrez, al ver lo que habían hecho, no solo no asistieron a la víctima sino que inmediatamente decidieron fugarse. El objetivo de la pareja era cruzar la frontera hacia Chile, acompañados por dos familiares. Sin embargo, al día siguiente la Policía los detuvo en la localidad de Los Antiguos.
Ante el juez Leonardo Cimini argumentaron que huían por temor a las represalias. La Justicia no les creyó y determinaron que buscaron fugarse para evitar las consecuencias penales del asesinato.
Los jueces Mario Albarrán, Juan Pablo Olivera y Griselda Bard presidieron el debate oral y fueron condenaron a Cabero como autor penalmente responsable del delito homicidio agravado por haber sido cometido con arma de fuego. La fiscalía, representada por Carlos Rearte, había pedido la misma pena que convalidaron los jueces.
En el caso de Gutiérrez, fueron los testigos quienes declararon y certificaron no solo su presencia en el lugar sino fue ella quien incentivó a su pareja para que le disparara a Irigoyen.