Se enfrentan este lunes a las 21.10, en Banfield, luego de una serie de disputas con ingredientes políticos por el escenario y la cantidad de público.
Llega el momento de que empiece a dirimirse en la cancha una final que desde hace varios días se juega entre intereses cruzados, disputas políticas y desconfianzas solapadas y explícitas. Por un lugar en la primera división del próximo año, Tigre y Barracas Central se enfrentarán este lunes, a las 21.10, en el estadio de Banfield, con televisación de TyC Sports.
Si el campeón de la Primera Nacional no surge con un ganador en los 90 minutos, se disputará un suplementario de 30 minutos y, de ser necesaria, habrá definición por penales. El perdedor pasará a jugar el Reducido por el segundo ascenso.
Tigre accedió como puntero de la Zona A, con 60 puntos en 32 fechas. Superó por una unidad a Quilmes y a Almirante Brown. Barracas se adjudicó la Zona B, con 58 puntos, uno más que Ferro. Detrás de ambos finalistas operan factores de poder. Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, en el caso de Tigre, y Claudio Tapia, presidente de la AFA y ex de Barracas, cuyo mando ahora reposa en uno de sus hijos, Matías Tapia.
No fue menor la controversia por la elección del estadio para el partido único. Tigre, que cuenta con una hinchada más numerosa, propuso escenarios de amplia capacidad, como Lanús, Racing o Independiente. “Yo debo velar por los intereses de los 12.500 socios de Tigre. No queremos dejar a ninguno afuera de la final”, expresó el presidente Ezequiel Melaraña.
Tras arduas negociaciones, finalmente la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso que la parcialidad del club Victoria tenga 12.000 localidades, que ya fueron compradas. Los hinchas se Tigre se ubicarán en la tribuna visitante. Para Barracas se reservaron 6500 entradas, para ocupar la cabecera local y la platea Mouriño.
El árbitro será Patricio Loustau, sobre el que recaerá una pesada responsabilidad, a partir de las sospechas y fuertes señalamientos que hubo durante la etapa regular por decisiones arbitrales que habrían favorecido a Barracas.
Tigre intentará volver a la categoría que dejó en 2019, luego de una gran reacción en la recta final, con la conducción de Néstor Gorosito, aunque fue insuficiente para evitar el descenso. El envión le sirvió a Tigre para obtener inmediatamente la Copa de la Superliga en una final ante Boca. El último ciclo del Matador en la categoría superior fue entre 2007 y 2019. Para Barracas, fundado hace 117 años, sería su primera vez en primera división en el profesionalismo -estuvo en el amateurismo, en 1924-, tras haber ascendido a la segunda categoría en 2019