Tragedia en Acceso Oeste: «La nena se murió en mis brazos», el relato de una testigo

«Estaba aplastada entre el asiento delantero derecho y el tubo de gas. Intentamos salvarla», aseveró la mujer con angustia.

El último jueves 7 de octubre en el kilómetro 16,5 de la autopista del Oeste, a la altura del Hospital Posadas, en Haedo, hubo un trágico accidente con 3 muertos.


Las víctimas, identificadas como Apolinario Mercado (56), Marta Eva Pamies (46) e Isabella Tillera (3).

Fuentes del caso explicaron que en la tarde del día previo al fin de semana largo, en un día de tránsito intenso en toda el área metropolitana y agravado por algunos cortes y protestas; el Peugeot conducido por Martín Nicolás Viqueira (28) embistió desde atrás ​al Chevrolet en el que se trasladaban la niña junto a sus abuelos.

Según las primeras investigaciones, Mercado intentó esquivar a un micro que, por causas que aún se desconocen, estaba detenido en la autopista. Fue en ese momento en el que se produjo el terrible accidente.

«Muchos automovilistas quisimos ayudar. Bajamos con barretas, logramos abrir la puerta del acompañante y sacamos a la mujer. Estaba toda quebrada», reveló Daniela, una de las testigos -y protagonista- de los primeros intentos por salvar las vidas de la familia.

Así, luego de sacar del interior del vehículo a la abuela y tras notar la presencia de la pequeña Isabella, hicieron lo mismo con la niña.

«Estaba aplastada entre el asiento delantero derecho y el tubo de gas. Intentamos salvarla», aseveró la mujer con angustia.

«Estaba inconsciente, pero todavía tenía pulso. Nos dimos cuenta de que su estado era crítico», añadió luego, en diálogo con el medio regional Primer Plano.

«En mi desesperación, quería correr al (hospital) Posadas. ¡Estábamos enfrente! Pero no me dejaron. Uno de los médicos que llegó con la ambulancia le hizo maniobras de RCP y el chofer gritaba que se necesitaba otra unidad, de mayor complejidad, porque la nena estaba muy grave. Pero nunca llegó y, a los 10 minutos, murió. Prácticamente, se murió en mis brazos», relató Daniela.