El barrio porteño de Villa Crespo permanece conmocionado tras el hallazgo de una escena de horror en un departamento del sexto piso de un edificio ubicado en la calle Aguirre al 200. Este miércoles, la Policía encontró los cuerpos sin vida de Adrián Seltzer, su esposa Laura Leguizamón, y sus dos hijos adolescentes, Ian e Ivo, en una escena marcada por la violencia extrema.
Los cuerpos fueron hallados con múltiples puñaladas, tendidos sobre un charco de sangre, la mayoría aún con ropa de cama, lo que alimenta la hipótesis de que fueron atacados mientras dormían. Según las primeras pericias, uno de los hijos habría intentado escapar pero fue alcanzado en el pasillo y asesinado por la espalda.
La escena, desoladora, ofreció indicios que rápidamente cambiaron el rumbo de la investigación. Una carta escrita a mano y manchada con sangre fue encontrada en el comedor. «Todo mal, fue mucho. Los amo. Mal. Perverso», decía el texto en una hoja A4, en una mezcla desordenada de letras cursivas e imprenta. Cerca de la nota también había un dibujo con lo que parecería ser la contraseña de uno de los celulares de la familia, ahora en poder de los peritos.
Además, se encontraron dos cuchillos Tramontina, presuntamente utilizados como armas homicidas, una computadora tirada en el suelo y envases de medicación psiquiátrica, lo que refuerza la teoría de que Laura Leguizamón padecía problemas de salud mental y podría haber interrumpido su tratamiento.
Inicialmente, la investigación consideró la posibilidad de un femicidio seguido de suicidio, con Adrián Seltzer como sospechoso. Sin embargo, las conclusiones de la Unidad Criminalística Móvil y la División Homicidios revirtieron esta hipótesis: todos los indicios apuntan ahora a que Leguizamón fue la autora del crimen múltiple, antes de quitarse la vida.
Su cuerpo fue hallado en el baño, con una puñalada directa al corazón y sin signos de defensa, lo que indica que no hubo forcejeo. Además, la rigidez cadavérica era menor en ella que en el resto de los cuerpos, lo que sugiere que fue la última en morir.
Testimonios aportados por una hermana de la mujer y por la empleada doméstica de la familia coinciden en señalar un reciente deterioro en el estado emocional de Leguizamón. Según relataron, «hacía unas semanas que estaba distinta», lo que podría deberse a la suspensión de su medicación.
La Justicia continúa con las investigaciones para reconstruir con precisión la cronología del hecho y esclarecer los últimos momentos de la familia. Mientras tanto, Villa Crespo llora una tragedia difícil de comprender.