Triple crimen tras un casamiento en Rosario: La pareja de la boda está prófuga de la Justicia

Horas después del casamiento de Rocha y Ferreyra, una familia que había asistido a la fiesta fue acribillada a pocas cuadras del salón de eventos.

Esteban «Pinky» Rocha y Brisa Leguizamón, la pareja procesada por narcotráfico que se casó el pasado sábado en un exclusivo salón de la localidad santafesina de Ibarlucea en la se produjo un triple crimen se encuentra prófuga luego de que el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario ordenara su detención.

El matrimonio se encuentra procesado por el delito de «fabricación, producción y comercialización de estupefacientes», pero Leguizamón estaba bajo el régimen de prisión domiciliaria por tener niños a cargo. En tanto, Rocha, continuaba su proceso en libertad, desde diciembre pasado, porque la Cámara Federal de Casación Penal porteña hizo lugar al pedido de excarcelación de la defensa.

Horas después del casamiento de Rocha y Ferreyra, una familia que había asistido a la fiesta fue acribillada a pocas cuadras del salón de eventos.

Se trata de Iván Giménez (33), su pareja Erica Romero (37), y su hija de un año, quienes fueron baleados en la ruta 34, cuando una camioneta interceptó su vehículo Audi TT blanco. Iván Giménez y su beba murieron pese a haber sido trasladados al hospital por asistentes de la boda que, enterados de lo sucedido, acudieron al lugar. En tanto, Erica Romero, que primero se supuso que había salido airosa porque había aparecido luego de varias horas, calcinada en el vehículo en el que se trasladaban a unas 35 cuadras del salón de fiestas, ahora surge por un testimonio que falleció durante el ataque.

Al respecto, el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos de Rosario, Gastón Ávila, reveló este lunes que un joven de 19 años, también invitado al evento, reconoció ante la Justicia que lograron sacar del auto a Giménez y a su hija pero no a la mujer, por lo que le pidieron a él que la trasladara a bordo del Audi TT blanco al Hospital Eva Perón, pero aparentemente ya estaba muerta.

«El chico declaró que estaba ebrio, vio un patrullero y tenía miedo de que lo siguieran, que no sabía qué hacer hasta que paró y decidió prenderle fuego al auto -señaló Ávila-, y aún no va a ser imputado, ya que no veo que haya intención de encubrir a los homicidas ni de una participación».